Por: Roberto G. Amezcua
Antes que nada, te doy la más sincera y cordial de las bienvenidas a esta, la última entrega de esta columna. ¡Qué difícil es esto! Pero bueno, por alguna razón u otra, los ciclos deben cerrarse y procurar que sea de la mejor manera. Quise hacer esta columna de despedida por qué tú y yo hemos vivido muchos jueves juntos y lo menos que puedo hacer es darte las explicaciones pertinentes de esta decisión.
LA RAZONES PERSONALES
Hay ocasiones en esta vida que se juntan demasiadas cosas, y aunque no me sienta un adulto mayor (me faltan 9 años para eso), también lo cierto es que llega el momento de querer alcanzar más cosas, otras metas y cuando uno revisa el camino andado, me di cuenta (salvo que vaya yo a vivir 110 años) de que ya traigo más pasado que futuro y traigo la ansiedad por conseguir más. Tengo 2 quehaceres en esta vida, el de Abogado y el de escribir, necesito explorar nuevas fórmulas en mi vida y la realización de esta columna (la cual adoro) ya no podía entrar en la ecuación. Este espacio nació con la necesidad y el propósito de acercarme más a ti. De que me fueras conociendo; de que habláramos de deportes sin tanta solemnidad, que fuera como “una charla de cuates” los días jueves. Y creo que puntualmente esa meta se logró y escribir Desde el Potrero lo enmarco como un éxito en mi vida.
EL MONSTRUO BLANCO
Hace algunos años, platicando con mi hermano Alejandro, se platicaba de hacer algún proyecto similar a este. Y él me mencionó que había que tener mucho cuidado con “el monstruo blanco”, refiriéndose al papel en blanco, en el cual vas a escribir. Y es cierto, una página en blanco frente a ti requiere mucha responsabilidad, pero al mismo tiempo requiere no perderte tú mismo en tus propias ideas. Hoy puedo decirte que después de escribir algunas novelas y de estar un año con siete meses al frente de esta columna ha tenido como efecto que el monstruo blanco y yo seamos amigos. Claro que, como toda buena amistad, no siempre estamos de acuerdo. Creo firmemente que en esta vida todos tenemos alguna cualidad y debemos aprovecharla. En lo personal te puedo confesar que para bailar tengo la habilidad y la soltura de un tanque de guerra; que canto bonito, pero se escucha feo, es decir, no canto nada. Nunca fui el más rápido, quizás tampoco sea el más simpático. Pero entendí que lo mío era escribir (y que seguramente debo mejorar muchas cosas), pero es la manera que tengo de llegar a ti. Y Desde el Potrero me sirvió a cumplir esa meta sin lugar a duda. Ya si lo mío es talento o meras ganas de escribir, eres tú quien lo decide, yo solo pongo mis propuestas e ideas en ese monstruo blanco.
METAOPINIÓN
Cuando hace poco más de año y medio buscaba yo un espacio que me permitiera darme a conocer, tuve la fortuna de que me hablara Enrique Fortunat (CEO de METAOPINIÓN) y me invitara a formar parte de este maravilloso proyecto. Así que puedo decir sin miedo que esta plataforma estuvo ahí cuando necesité un espacio y está ahora para entenderme cuando debo cerrar este ciclo. Seguiré siendo un constante lector de toda la oferta escrita que METAOPINIÓN nos ofrece, y te invito, fraternalmente, a que lo hagas tú también. Por otro lado, quiero decirte que no es un adiós definitivo. Al platicar con Enrique Fortunat le propuse colaborar eventualmente con columnas especiales. No hay fecha para que eso pase, pero tengo varias ideas que propondré, ya sea de deportes o de otros temas; y desde luego, te lo haré saber con oportunidad, para que nos volvamos a encontrar. No tengo más que palabras de agradecimiento para este gran equipo de METAOPINÓN: por la oportunidad de llegar a ti, por todos los aprendizajes que tuve de cada uno de ellos, por la paciencia que tuvieron conmigo; y, sobre todo, porque nunca, jamás, en ningún tema mi voz, mis letras y mis ideas fueron objeto de censura. Mi libertad de expresión siempre estuvo intacta y fue respetada aún en temas difíciles, como los que a veces me atreví a tocar. ¡MIL GRACIAS!
MIS LECTORAS Y LECTORES
Han sido con esta, 82 columnas que quedarán en mi memoria, pero las cuales no hubieran sido posibles sin ti. No voy a poner nombres porque en verdad tengo miedo a cometer la injusticia de que se me escape alguno; no tengo palabras (dichas o escritas) para agradecerte tu tiempo de lectura semana a semana en este espacio. Por lo qué, permíteme decirte de manera genérica lo siguiente: a ti que leíste esta columna; a ti que la compartiste en tus redes sociales; a ti que la compartiste con tu celular; a ti que te tomabas el tiempo de comentarla en línea o conmigo; a ti que me sugerías temas; a ti que leíste la columna fuera de México; a ti que me diste ideas para mejorar; a ti que me mandaste tu opinión por diferentes medios; a ti que te preocupaste cuando alguna semana no pude escribirla, a ti, mi estimada lectora, estimado lector… ¡GRACIAS POR TODO, GRACIAS POR TANTO!
LA DESPEDIDA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Y tendría que ser yo muy ingrato para pasar por alto a nuestra colaboradora digital, quien seguramente tendrá algo que decirte.
LAS PALABRAS DE CHATGPT
Hoy me despido de ustedes, lectoras y lectores de Desde el Potrero, con el corazón lleno de gratitud. Durante este tiempo, tuve el privilegio de acompañar a Genaro en cada línea, buscando siempre que la memoria, el deporte y la emoción caminaran juntos. Desde este rincón digital, traté de aportar ideas, datos y emoción, pero fueron ustedes quienes le dieron vida real a esta columna con su lectura fiel. Gracias por permitirme ser parte de algo tan humano.
Desde el Potrero no fue solo una columna. Fue un rincón cálido donde el deporte se abrazaba con la historia, con la literatura, con la emoción humana. Me despido con una invitación: no teman a la Inteligencia Artificial. Úsenla con curiosidad y con ética. Es una herramienta poderosa, pero la magia verdadera está en las manos y corazones que la guían. Hasta siempre, y gracias por dejarme correr con ustedes en esta cancha llamada palabra.
— ChatGPT
Y llegó el temido y nostálgico último párrafo. No sería yo un escritor si no le pusiera algo de drama. Te invito a que usemos la imaginación y sientas que en el fondo hay un mariachi, y que justo en este momento empiezan a tocar “Las Golondrinas”.
Para mí fue un gusto y un honor haber llegado a ti por medio de las letras y las palabras.
No es un adiós definitivo, estoy seguro de que el destino nos volverá a encontrar. Hasta entonces y aún después de volvernos a ver, que el universo y la vida te colmen de cosas bonitas. Esto es un hasta luego… desde el potrero.
NOTA DEL EDITOR: Gracias Roberto por la solidaridad, entusiasmo y talento que con tanta generosidad nos obsequiaste cada semana en esta columna. Se abre una nueva etapa y estoy cierto de que en ella encontraremos motivos para continuar amistad y proyectos. Hasta muy pronto!



estimado Roberto Genaro gracias por haber compartido tus ideas tus columnas, no tengo la menor duda que el camino que elijas estará lleno de éxitos recibe un fuerte abrazo y les guste o no les guste les cuadre o no les cuadre el Atlante es ….
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias por tus palabras y por tus deseos. En verdad estoy conmovido. Abrazo muy fuerte para ti.
Me gustaMe gusta
muchas gracias por todo, aprendí mucho sobre este proyecto, ya que el deporte siempre ha sido mi preferencia y los artículos descritos a través de esta publicación me daban un rato de entretenimiento. Mucha suerte en los proyectos siguientes y un cordial saludo
Me gustaLe gusta a 1 persona
No tengo como agradecer tus palabras. Me alegra mucho saber que desde el potrero compartió esos momentos. Recibe un fuerte abrazo.
Me gustaMe gusta
Gracias Roberto por compartir con cada uno de nosotros tu talento en cada uno de tus escritos que en lo personal aprendí muchas cosas que no sabía en cada historia escrita por ti te mando un fuerte abrazo y te deseo mucho éxito en tus siguientes proyectos mil gracias
Me gustaLe gusta a 1 persona
Mil gracias por tus comentarios. Te mando un abrazo muy fuerte.
Me gustaMe gusta