Por Juan de Lobos.

Gracias amables lectoras, queridos lectores por acompañarme una semana más en esta columna imaginada, pensada y escrita para ustedes. Y que justo en este momento me doy cuenta que también, como la columna de la semana pasada, estará musicalizada.

El tema que trataremos, aunque pueda parecer un poco fatalista, lo abordo desde la óptica de un superviviente, es parte fundamental de la imaginación, se trata de uno de los subtemas más desarrollados por la ciencia ficción e incluso en la ciencia real, es justamente el tratar de prever y describir las posibilidades de supervivencia antes, durante y después de un evento catastrófico, ya sea por encontrarse preparado para ello, aunque el desastre ocurra sin que nadie lo espere y, suerte de por medio, se supera.

Lo importante para las ciencias, es plantearse todas las hipótesis posibles e imposibles. Tratar de prever lo que ocurriría si un meteorito cae en un área poblada, si un terremoto separa a la península de California, si las abejas se extinguen junto con todos los insectos polinizadores, si la energía producida por el litio es más contaminante que los hidrocarburos, si un maremoto inunda por completo las islas niponas o si estalla un conflicto nuclear a nivel mundial y así podemos seguir y seguir.

Los desastres pueden ocurrir aquí y a ti

Lo interesante de estos ejercicios de imaginación, basados en datos duros, es que nos hacen sentir vulnerables, sabemos que los desastres pueden ocurrir, pero algo en nuestras mentes nos hace creer que las desgracias suelen suceder muy muy lejos, mas no es así.

Este fatalismo nos ha permitido sobrevivir, el imaginar a prevenir, el pensar como supervivientes nos adapta a un sinnúmero de posibilidades, desde el regreso de los dinosaurios hasta una invasión alienígena, desde terremotos a erupciones volcánicas e inclementes granizadas y esto se refleja tanto en estudios científicos como en diversas obras de ciencia ficción y fantasía.

Por eso, aunque sé que muchos de ustedes me podrían recomendar más de cinco películas o libros sobre el tema (a lo cual agradecería que los compartieran de todas formas en los comentarios), me gustaría recomendar canciones post-apocalípticas (en español) para su deleite y preocupación, además, me gustaría que nos compartan sus amables opiniones al respecto.

La primera canción nos ha engañado durante cuarenta años, su estribillo pegajoso y divertido nos hace olvidar que trata justamente de un apocalipsis nuclear. La canción lanzada en 1983 en plena Guerra Fría es: “Vamos a la playa” del dueto italiano Righeira y más conocida en México por la versión tropical del grupo Los Joao. Tal vez muchos se sorprenderán de no haber prestado jamás atención a la letra, pero les aseguro que les resultará muy impactante e interesante.

La segunda canción es del grupo argentino Soda Stereo estrenada en las radios de tan hermoso país sudamericano en 1985; nos lleva a una nostálgica búsqueda, “Cuando pase el temblor”, el protagonista trata de alcanzar esa esperanza de la cual cualquier sobreviviente debe aferrarse para seguir vivo.

Finalmente una composición de Lucio Dalla del año 1979, y conocida en nuestro país una década más tarde con letra/traducción de Joaquín Sabina e interpretación de Emmanuel. “La última luna” nos cuenta una serie de sucesos inquietantes (de los cuales podremos escribir en columnas posteriores) que culminan nuevamente en la esperanza de la humanidad.

Sabemos que todo puede caer a nuestro alrededor, somos tan egocéntricos, aunque cobramos esa consciencia, pensamos que no nos tocará a nosotros.
¡Sigamos esa esperanza pues y viajemos, probemos, vivamos, leamos, amemos, súpervivamos!

“El único musical que me gustó fue “Apocalipsis Now”. Insisto en que le sobraba música”.
Roberto “Negro” Fontanarrosa (Humorista y Escritor argentino).

*El contenido de este texto no contiene I.A. y fue creado de acuerdo a los antiguos cánones de la escritura, a partir de un tema, un conocimiento previo, investigación y redacción.