vive

Adiós, mi amor… ¡VIVE!

Por Roberto G. Amezcua Juan se encontraba moralmente abatido; y en ese mismo instante se hallaba perdido entre una multitud que no reconocía de primera instancia. Las calles le parecían conocidas, pero al mismo tiempo extrañas y ajenas. Caminaba, con el caminar del que lo hace sin alma, sin esperanza; sin ganas de vivir y sin deseos de respirar. Las calles seguían ajenas a él … Continúa leyendo Adiós, mi amor… ¡VIVE!