Por Enrique Fortunat D

El de México fue un mundial muy especial.

Fue el primero en el que se utilizaron las tarjetas amarilla y roja para amonestar o expulsar a un jugador.

Los partidos fueron de gran limpieza, tanto que en ninguno de ellos hubo alguna expulsión. Hasta ahora (2025), es la única ocasión en que esto ha ocurrido en una Copa del Mundo.

Brasil ganó por tercera ocasión la Copa Jules Rimet, con lo que ese trofeo le fue adjudicado a perpetuidad y se tuvo que crear una nueva copa para el equipo campeón.

El mundial se estableció definitivamente como un evento de talla mundial y las telecomunicaciones le dieron una difusión nunca antes vista.

Por primera vez se destinó una plaza exclusivamente para un equipo africano.

El potencial de comercialización y la cantidad de dinero que se movía comenzaron a provocar que los grandes capitales se interesaran en el torneo.

Los jugadores mostraban ya un físico y virtudes técnicas de otro nivel, como consecuencia de la definitiva profesionalización.

Creo que con ese torneo se cerró un capítulo del futbol, de una forma de entender el juego de forma más lúdica, en el que los espacios todavía eran amplios para los jugadores y en el que las marcas pegajosas, cerrar los espacios y achicar la cancha no eran la norma.

Por supuesto, esa forma de juego demandaba de atletas más completos y mejor preparados, lo que se convirtió paulatinamente en la norma.

De alguna manera fue la última muestra de un futbol digamos romántico para dar paso a la era de los sistemas, la presión, la disciplina táctica, las estadísticas y el resultadismo por encima del goce del propio juego.

Ambas formas tienen sus méritos y sus estrellas, pero ciertamente la calma, el pensamiento estético y el desparpajo fueron quedando de lado, para nostalgia de algunos.

LAS SELECCIONES

En las selecciones había gran calidad, veamos un poco de ello.

Brasil: a la cabeza, Pelé, para mi gusto el mejor jugador de todos los tiempos. Pero le acompañaban otros jugadores de gran talento como Gerson y Tostao, con toque privilegiado y gran visión de campo. Además, un joven Rivelinho quien sería el heredero de la mítica camiseta “10” de Pelé.

Alemania: en ese mundial jugaron tres de los diez mejores jugadores que ha tenido: el gran Franz Bekenbauer, el mítico Uwe Seler y el incansable Gerard Muller, goleador histórico de la selección alemana y quien fue el máximo goleador de la Copa de Mundo. Además, el segundo mejor portero de su historia: Sepp Maier.

Italia: venía con Gianni Rivera, un maestro para futuras generaciones y quien venía de ser considerado el mejor jugador de Europa en 1969: Luigi Riva otro de los mejores jugadores italianos de la historia y Jacinto Facceti, en ese entonces uno de los tres mejores defensas del mundo. Además, su portero, Albertosi, se dio el lujo de ganarle el puesto al mítico Dino Zoff.

Con Inglaterra vinieron tres de los mejores jugadores de su historia: Bobby Moore, Bobby Charlton y Gordon Banks.

EL GOL

Hemos dicho que las cosas comenzaron a cambiar y lo notamos en la cantidad de goles que en promedio se anotaban en cada encuentro.

En el mundial de 1954 en Suiza, se anotaron en promedio 5.4 goles por partido.

En Francia, en 1938,el promedio goleador fue de 4.67 goles por partido y en Italia, el promedio fue de 4.12

En el mundial de México, el promedio fue de 2.97 que ya mostraba un declive en la cantidad de goles, debido al cambio de los esquemas tácticos.

Esos promedios hoy son cosa de sueño,en general rondan los 2.6 goles por partido en Copa del Mundo.

Considérese también el récord que estableció el francés Just Fontaine en el campeonato del mundo en Suecia 1958, el jugado galo anotó 13 goles en 6 partidos. No ha podido superarse ese récord hasta el día de hoy.

Muchas cosas comenzaban a cambiar, pero muchas de ellas a una escala que no se sospechaba, algunas para bien, pero otras lamentablemente para descrédito, vergüenza y hasta coraje. Ya lo iremos viendo en posteriores Historias en los mundiales.

Mientras tanto la próxima semana hablaremos de un rey del gol y del futbol, antes de continuar con nuestro recorrido por estas historias.