Por Enrique Fortunat D

Lo primero que puede llamar la atención es que se eligiera a México como sede del evento. Seamos sinceros y humildes, la selección azteca tenía muy pocos méritos en su paso por las Copas del Mundo como para pensar que pudiera hacer un buen papel en el terreno deportivo.

Sin embargo, tocaba que en la novena edición el torneo se llevara a cabo en tierras americanas.

Argentina presentó nuevamente su candidatura para organizar el evento, de hecho era la cuarta vez que lo hacía (1938, 1942 y 1962 anteriormente). Los chés se sentían con los merecimientos suficientes y ciertamente tenían una trayectoria más exitosa que los aztecas en el terreno futbolístico.

Pero ya hemos visto que no todo en el futbol es futbol, y para la FIFA el que México organizara la XIX Olimpiada en 1968 era una garantía de la capacidad del país, que además contaba con mayor estabilidad política en el momento en que se debía hacer la elección en FIFA (1964). De manera que para disgusto de los argentinos se decidió que el torneo se llevara a cabo en tierras aztecas.

Al parecer ese campeonato era nefasto para Argentina, pues ni siquiera consiguieron calificar para estar presentes en el torneo. Un doble fracaso.

Luego de las protestas africanas anteriores, se decidió que el continente tendría un representante directo. Correspondió a Marruecos ganar ese puesto.

En el área de la CONCACAF, debido a que México era el anfitrión, había la oportunidad de que alguna selección centroamericana obtuviera un sitio. La eliminatoria fue complicada, tanto que terminó con una guerra entre El Salvador y Honduras a raíz de los desmanes en ambos países por los partidos. Finalmente, El Salvador consiguió el ansiado boleto.

Antes del mundial, el entrenador brasileño dijo que Pelé sufría de miopía y que estaba mal de la cadera, así que no lo convocó. Lo cual generó malestar y enojo en aficionados, directivos, jugadores y el propio jugador. Le pidieron la renuncia por andar de falso diagnosticador y llegó entonces a dirigir al equipo Mario Zagallo. Pelé regresó a la selección inmediatamente.

Otra novedad fue que el torneo se transmitió por primera vez en televisión a color y se contó con repeticiones en cámara lenta.

Recordemos un momento el problema que hubo en 1966 en el partido entre Argentina e Inglaterra por la falta de entendimiento entre árbitros y jugadores que hablaban diferentes idiomas (y las marrullerías de algunos, pero eso es otra historia).

Pues un exárbitro inglés, de nombre Ken Aston había sufrido de ese problema en 1962 cuando dirigió el partido entre Chile e Italia. Así que pensó en hacer algo basado en los semáforos, se lo comentó a su esposa Hilda, quien con mente práctica no tardó en regresar con dos tarjetas de cartulina, una era amarilla y la otra roja. Le preguntó a Ken: «¿Y si los árbitros llevaran dos de estas en el bolsillo?»

¡Eureka! La idea era no solamente simple y eficaz: era genial, Aston lo propuso y en 1970 se utilizaron por primera vez las hoy imprescindibles tarjetas. ¡Gracias querida Hilda, el mundo futbolístico está en deuda contigo!

En este mundial también se utilizó por primera vez un balón diseñado en exclusiva para el evento, la empresa que lo creó fue Adidas y así nació en Telstar que tiene lo que ahora se asume como el diseño más reconocible para identificar al balonpié, con su diseño de pentágonos y hexágonos.

Siguiendo a lo ocurrido en Inglaterra, en México también se presentó un personaje alusivo al mundial. Se le llamó “Juanito” y era un niño regordete, que en ese entonces pareció muy simpático, pero que hoy sería requete mal visto y políticamente muy incorrecto (aunque tengamos el primer lugar en obesidad infantil, o precisamente por ello)

Como podemos ver, el evento presentó varias peculiaridades que habrían de influir en el juego durante los siguientes años.

Nuevamente fueron 16 las selecciones que disputaron el torneo.

Además de Inglaterra (campeón) y México (anfitrión) estuvieron presentes:

Alemania Federal, Bélgica, Brasil, Bulgaria, Checoslovaquia, El Salvador, Israel, Italia, Marruecos, Perú, Rumanía, Suecia, Unión Soviética y Uruguay

En lo deportivo, para muchos es uno de los mundiales con el futbol más agradable de la historia y ciertamente, el buen clima así como la tradicional hospitalidad de la gente en México hicieron del evento algo memorable.

Pero hay que apurarnos, porque está por arrancar el partido inaugural. No más me echo unos tacos y nos vemos en el Estadio Azteca.