Por Luis De León
- Incrementos al predial, pero y la retribución para cuando
- Auditorias del OSFEM, sin muchos resultados
- Nuevo reglamento, mismas actitudes
El Congreso del estado sesionó esta semana como estaba previsto, y con una rapidez inusual hicieron que los AIRES MEXIQUENSES se revolvieran al autorizar una actualización del Reglamento Estatal de Tránsito y, tal vez lo más importante, los incrementos al impuesto predial para la mayoría de los municipios del estado, que en promedio será de un 10% para todos, pero habrá algunas excepciones pues no todos los gobiernos locales tuvieron la precaución de justificar de manera adecuada los motivos por los cuales necesitaban un aumento.
Los legisladores se apresuraron en reactivar sus comisiones y actualizaron la eufemísticamente llamada Tabla de Valores para el próximo año, aunque a al menos 11 municipios no supieron como presentar su solicitud de incremento del impuesto predial y por ello, fueron calificados como improcedentes y por ello, tendrán que mantener sus cobros similares al de este año.
Lo de menos es el incremento al predial, pues cada año hay un aumento, nada nuevo pues, pese a que el congreso estatal está dominado por una mayoría del partido oficial y pueden imponer un criterio social y hasta tal vez menor al que se autorizó. El problema no es ese. El problema es qué hacen con el impuesto pagado por el ciudadano.
Cuando el ciudadano abre la llave del agua de su casa y no cae ni gota del líquido, piensa en el pago de sus impuestos. Cuando circulamos por cualquier vialidad MEXIQUENSE y la padecemos llena de baches y de parches mal hechos que las convierten en vías chipotudas, pensamos en el pago de impuestos. Cuando el vecino viaja en cualquier transporte público y es asaltado, antes de pensar en la seguridad pública, piensa en qué se invierten sus impuestos. Y ya ni pensar en la mejora del alumbrado, en el cuidado de parques y jardines o en la inversión para mejorar las escuelas o construir nuevas.
En resumen, no importa cuánto aumenten los impuestos si estos no se reflejan en beneficios para los habitantes y en mejorar su calidad de vida. Desafortunadamente, hasta ahora y a dos años del primer gobierno diferente a los priístas que dominaron el estado durante toda su historia, seguimos viendo lo mismo que con otros gobiernos. Sin cambios, pues.
Cada año, durante los tres primeros meses del año, los contribuyentes acudimos puntualmente a pagar nuestros impuestos, pero nos quedamos esperando el resultado de nuestras aportaciones, pues pocas veces vemos que el recurso se aplique de manera que nos beneficie directamente y es que mientras siga prevaleciendo el criterio de ayudar a los que no tienen -léase zona oriente del estado- los que si apoyamos seguimos esperando la mejoría de vialidades, alumbrado, escuelas, parques y jardines y ya no pensar en la seguridad pública.
AIRES DE AUDITORÍAS
Lo peor de pagar impuestos no es la sangría que esto representa a nuestros bolsillos sin recibir nada o muy poco a cambio. Lo peor es leer cada fin de año que el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM) ya le avanzó en la revisión de cuentas del gobierno central, del poder judicial y del legislativo y, si, desafortunadamente, de los ayuntamientos, donde se hayan desvíos de recursos, procedimientos mal elaborados y presuntos actos de corrupción -sólo cuando vence el plazo para aclaraciones y no hay respuesta se puede considerar ya como actos formales y que se le pueda dar vista a la Fiscalía de Justicia para su procedimiento- y a esperar al menos 120 días para que los “observados” puedan aclarar sus cuentas, justificarlas y, cuando sea el caso, corregir sus errores, principalmente los económicos.
Apenas este jueves, el OSFEM hizo públicas sus primeras observaciones a la cuenta pública del 2024 de todos los órganos administrativos gubernamentales fiscalizables, por la pírrica cantidad de 52 mil millones de pesos, que en realidad apenas representará el 13% del presupuesto MEXIQUENSE que, si bien es una cantidad nada despreciable, no representa en realidad una gran merma para la administración, aunque no deja de ser alarmante.
Según el OSFEM, se realizaron 163 auditorias y 378 revisiones a las cuentas públicas y eso arrojo la detección de inconsistencias en 2,166 casos, es decir, hubo funcionarios públicos que no hicieron bien su trabajo y lo peor de todo es que en la mayor parte de los casos fueron de los recién incorporados al servicio público.
En total se realizaron 5,634 observaciones, de las cuales 2,580 fueron de cumplimiento financiero y las restantes a inversión física, pues en muchos casos lo que se detecto es que había pagos por obras que no fueron realizadas. No dudo que en la mayor parte de los casos se trata de una mala integración de las carpetas de entrega de obras o de falta de conocimiento de los procesos pues, aunque son capacitados, la mayor parte de los funcionarios públicos no cuentan con los conocimientos necesarios para atender estos casos y eso se debió a que en los ayuntamientos, por ejemplo, se dio de baja a muchísimo personal que ya contaba con experiencia y conocimiento de los procesos.
Lo malo de los nuevos gobiernos municipales -que ya están por cumplir un año- es que la mayor parte ingreso con gente que no está capacitada para los cargos a los que fueron designados y esta es la consecuencia, pues sin duda en 2026 habrá muchas más observaciones. Lo malo de todo esto es que el OSFEM no ha tenido hasta el momento más que uno encarcelado por desvío de recursos y en la mayor parte todo termina en sanciones económicas.
Así que la próxima vez que vaya a pagar sus impuestos, recuerde que, aunque no vea los recursos, estos tal vez sean observados y peor, tal vez nunca llegue a saber que fue de ellos.
AIRES SANCIONADORES
Y mientras los legisladores MEXIQUENSES aun debatían sobre el tema de los presupuestos, en otra acción, actualizaron el bendito Reglamento de Tránsito para el estado de México, que en realidad lo único nuevo que trae son mayores sanciones para quienes no respeten las ciclovías y los pasos peatonales.
La verdad es que por más que se crean instrumentos sancionadores, de poco o nada sirven, si los ciudadanos no están dispuestos a respetarlos. ¿O acaso usted o alguien que conoce si sabe respetar el reglamento? Lo peor de todo es que eso permite que los elementos de tránsito autorizados para el cobro de infracciones se estén ya relamiendo los bigotes para que a partir del 25 de noviembre comenzar a aplicar la nueva ley.
Basta circular por la avenida José López Portillo, por ejemplo, que cruza los municipios de Tlalnepantla, Tultitlán, Coacalco y Ecatepec para ver la cantidad de autos, sobre todo del transporte público, que sin ningún empacho invaden el carril confinado al Mexibús para avanzar más rápido y en la gran mayoría de las veces enfrente de los propios elementos de tránsito, quienes a su vez, también se meten por los carriles exclusivos.
Y eso por dar un ejemplo, y si nos vamos a los municipios que cuentan con ciclovías, en donde también se enfocarán la mayor parte de las sanciones del nuevo reglamento, es un verdadero caos, pues los carriles exclusivos de los ciclistas se han convertido en espacio reservado para el transporte público quienes aprovechan la falta de uso para hacer de las suyas.
En el caso de Cuautitlán Izcalli, donde mediante un convenio con la ONU se logró crear un circuito exclusivo para bicicletas, los carriles confinados son una verdadera vacilada y lo único que han ocasionado es más tráfico además de que esos espacios se encuentran en el abandono total. En Toluca, por ejemplo, también se ha comenzado a crear la cultura ciclista, pero es jugarse la vida andar así.
En resumen, mientras no busquemos educar más a los ciudadanos, por más reglamentos y sanciones que los legisladores se inventen, de poco o nada servirán y, por el contrario, sólo se fomentará más la corrupción. Nada nuevo pues.
Se viene el Buen Fin, una buena oportunidad para comprar todo lo que se merecen, aunque no tengan ni un peso, así que, si van a salir de compras, sean prudentes y responsables con sus tarjetas bancarias. Para los vendedores, que sea una buena temporada para impulsar la economía local y de mientras tanto, que haya buenos AIRES para todo. Disfruten su fin de semana largo y sean felices.


