Por Enrique Fortunat D
Una vez que todos los equipos estuvieron instalados y puesto a punto, dieron inicio los partidos en la fase de grupos.
Se esperaba con especial interés la presencia del ahora ya famoso “Pelé”, quien con 21 años era un ídolo de la afición en muchos países.
En el debut de Brasil, tocó al campeón del mundo jugar con México. Los aztecas se defendieron como pudieron ante una escuadra carioca que era superior. El primer tiempo terminó empatado a cero.
Para el segundo lapso, Pelé puso un pase preciso a Zagallo quien consiguió la anotación, minutos más tarde, el propio Pelé tomó la pelota, hizo un recorrido en el que se deshizo de rivales y cruzó un tiro que batió la valla mexicano. El partido terminó 2-0
En su segundo encuentro, la selección carioca enfrentó a Checoslovaquia, ganaron los brasileños, pero perdieron, pues hacia el minuto 30 Pelé salió lesionado por un desgarre y quedó fuera definitivamente de la competencia. Duro golpe.
Por su parte, México, perdió por la mínima ante España, el gol cayó en el minuto 90. Se dice que México tuvo un tiro de esquina a favor y el entrenador Nacho Trelles les pedía que jugaran hacia atrás hasta regresar con el portero para no arriesgar nada. No lo escucharon. El centro de los mexicanos lo cortó España y en el contragolpe liquidaron el partido, justo antes del pitido final.
Sin embargo, México dio una gran actuación ante los checos a los que derrotaron por un contundente 3 a 1. Primera victoria de los mexicanos en una copa del mundo. No más se tardaron cuatro mundiales para conseguirla. De cualquier manera no consiguieron pasar a la siguiente ronda, de haber empatado con España, lo hubieran conseguido.
Dijimos que Colombia debutó en el certamen luego de eliminar a Perú. En la competencia no le fue muy bien: perdió primero contra Uruguay y luego empató con gran carácter a cuatro, luego de ir perdiendo 4-1 con la URSS. Finalmente recibieron un contundente 5 a 0 por parte de Yugoslavia.
Pero, consiguieron algo que nadie más ha podido conseguir en un juego de Copa del Mundo: anotar un gol olímpico. Lo hizo Marcos Coll, en el minuto 68 a la URSS y nada menos que al que muchos consideran uno de los mejores arqueros que han existido: Lev Yashin.
Terminada la fase de grupos, quedaron listos los cuartos de final.
Brasil, ya sin Pelé, despachó a Inglaterra al son de tres goles contar uno.
Los anfitriones conseguían avanzar al vencer a los soviéticos 2-1.
Checoslovaquia mandaba de regreso a Hungría por mínima de 1-0.
Yugoslavia no se achicó ante los teutones y los venció 1-0.
Listas las semifinales.
Brasil enfrentó a Chile y rompieron las ilusiones del equipo anfitrión al vencerlo por un claro cuatro goles contra dos.
Checoslovaquia se puso concentradita en contra de los yugoslavos y con marcador de tres contra uno dio cuenta de ellos. Sí, es la misma Checoslovaquia a la que México había derrotado por el mismo marcador unos días antes…
Antes de pasar a la final, diremos que en el partido por el tercer puesto, Chile ganó y con ello consiguió lo que hasta ahora es su mejor participación.
El partido definitorio fue Brasil en contra de Checoslovaquia. Los cariocas dieron cátedra y al finalizar el cotejo el marcador mostraba un claro 3 a 1. Brasil era el bicampeón y lo hizo en mundiales consecutivos. Es la última ocasión en que eso ha ocurrido.
Ahora bien, sin Pelé los brasileños al parecer habían perdido a una estrella, pero surgió otro jugador, un rebelde que no entendía de tácticas ni geometrías en el campo de juego, sino de engaños, trucos y malabares con y sin pelota.
Ese rebelde respondía al mote de “Garrincha” y volvió locos a defensores de todos los calibres, quienes creían ver visiones de un duende que los engañaba y se divertía con ellos. Fue considerado el mejor jugador del torneo.
Manuel (Mané) Francisco dos Santos era su nombre, pero “Garrincha” es su apelativo para la eternidad balompédica. En Brasil lo llamaban “La alegría del pueblo”.
Para la FIFA es el mejor extremo derecho regateador de la historia y el octavo mejor futbolista del siglo XX. Nada mal para alguien que jugaba con una pierna seis centímetros más corta que la otra y que tenía la columna vertebral torcida. ¡Salve Mané!
No podemos dejar de mencionar un asunto que no es grato en lo absoluto.
Se dice que el de Chile ha sido el mundial más violento. Las cifras cuando terminó el torneo eran de terror: 50 lesionados, de los cuales 5 fueron por fracturas. Aquello parecía el saldo de un torneo de lucha libre entre vikingos borrachos en el siglo VIII. Urgía tomar medidas.
En fin, terminó el mundial en Chile y hay que hacer las maletas para reencontrarnos en Inglaterra, en donde también hubo bastantes cosillas que comentar.
See you soon.


