SUIZA 1954 (II): Alemania obra el milagro de Berna

Por Enrique Fortunat D

Hechos los arreglos, acuerdos y modificaciones, pertinentes o no. Todo estuvo listo para que diera inicio el torneo, lo cual ocurrió el 16 de junio. No hubo propiamente un partido inaugural pues se jugaron cuatro al mismo tiempo en diferentes sedes, aunque en general se considera el Brasil vs México como tal.

Recordemos que la selección azteca venía de una eliminatoria en la que había arrasado a sus rivales. Había optimismo.

Otra vez nos tocó empezar el torneo y otra vez con goleada en contra (como que ya nos traían de encargo). Los brasileños nos pasaron por encima al son de 5-0.

Para el segundo, y a la postre, último encuentro de México, se enfrentó a Francia. No nos fue tan mal, se perdió con un digno 3 a 2. Uno de los goles los metió Tomás Balcázar González. Ya recuperaremos ese nombre más adelante. El otro lo hizo José Luis Lamadrid.

Terminamos con ocho goles en contra y dos a favor.

A los cuartos de final accedieron: Alemania Federal, Austria, Brasil, Inglaterra, Hungría, Suiza, Uruguay y Yugoslavia.

Se enfrentaron Uruguay contra Inglaterra y los charrúas con cuatro goles eliminaron a los ingleses.

Alemania Federal mandó a casa a los yugoslavos con marcador de dos a cero.

En feria de goles, Austria cortó las aspiraciones de los locales con marcador que más parecía pizarra de beisbol. Terminó el partido 7-5.

Por último, la poderosa Hungría pasó por encima de Brasil al son de 4-2 en un partido marcado por la violencia en el campo de juego entre ambas selecciones.

En los duelos semifinales, Hungría no tuvo problemas para terminar con las esperanzas de Uruguay con marcador de 4 goles a 2.

En el otro encuentro, Alemania Federal no tuvo piedad de Austria y la aplastó con media docena de goles contra uno.

Quedó lista la final, se enfrentarían la archifavorita Hungría en contra de una sorprendente Alemania Federal.

La aplanadora húngara

Vale la pena hacer un pequeño paréntesis para referirnos a la escuadra húngara. En esos años era el mejor equipo del mundo, sin dudas. Los llamaban “Los magiares mágicos” o “El Equipo Dorado”.

No más para darnos idea de cómo llegaba ese equipo:

  • Desde 1950 no había perdido ningún partido.
  • La racha invicta abarcaba 33 partidos.
  • En 1952 conquistaron la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Helsinki.
  • Contaba en sus filas a algunos de los mejores jugadores del mundo. Tanto que el nombre de uno de ellos lo lleva el premio al mejor gol que se anota en el mundo: Ferenc Puskás.
  • En la fase de grupos, Hungría había vapuleado a Alemania al son de 8-3.

Nadie apostaba a favor de Alemania, se creía que el partido era un trámite para que Hungría se coronara campeona del mundo luego de una racha impresionante.

Por su parte, la selección teutona venía regresando a las competiciones internacionales luego del castigo que recibió como consecuencia de la participación alemana en la Segunda Guerra Mundial, de manera que tenía poco roce internacional.

El partido

Como si fuera poco todo lo anterior, una vez que arrancó el partido Hungría se volcó al ataque y al minuto 8 ya tenía una ventaja de dos goles contra cero. Todo era gris para Alemania.

Pero el cielo también era gris y la lluvia se hizo presente, lo que favorecía el juego alemán.

Hacia el minuto 18 ya habían conseguido emparejar el marcador y se presagiaba un duro y competido resto del partido. Así fue, con la figura del portero alemán Toni Turek como baluarte.

En el minuto 84, Hemut Ranh consiguió marcar a favor de los teutones con lo que tenían la sorpresiva ventaja de 3-2.

Como en guión de película, en el minuto 87 Ferenc Puskás, quien jugaba cojeando por una lesión desde el primer partido con los alemanes, consiguió el empate.

Pero, pero, pero ¿qué sería de este deporte sin las polémicas? Resulta que el juez de línea dijo que el tanto se anotó en fuera de lugar (decisión que sigue levantando polémica). Así que se anuló el gol.

Hungría no consiguió romper el cerco alemán, perdió su racha invicta y la oportunidad de ser campeona del mundo.

Hungría, a pesar de no lograr el campeonato, dejó un récord que perdura hasta hoy: consiguió anotar 27 goles en esa Copa del Mundo. Una locura.

De esta manera fue que Alemania consiguió coronarse por primera vez en este certamen. No sería la última. Los alemanes son, a no dudarlo, una potencia hasta la fecha y mantienen la fuerza implacable de voluntad y concentración indoblegables.

Nos vemos la próxima semana para hablar del mundial de Suecia y el nacimiento de una leyenda.

Tschüss

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