Por Enrique Fortunat D
Rápido se cumplió el primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. De manera que hubo que rendir el correspondiente informe ante el Poder Legislativo.
INFORMO DE LO DEL INFORME
Desde hace años, ya bastantes, lo que era “el Día del Presidente” dejó de serlo, perdió vigor político y ya ni siquiera se presenta el titular del Ejecutivo ante los legisladores, en lo que antes era un día en que hablaba, presentaba, definía, explicaba o de plano sentenciaba. Todo o casi todo se le aplaudía, disfrutaba de ovaciones a diestra y siniestra y muchas veces de loas que rozaban o abrazaban la abyección. Nada de eso se conserva para nostalgia del priismo que aspiraba a llegar a ese lugar para recibir su pedazo de gloria, aunque fuera de utilería.
Pero dejemos esa estampa del pasado y atengámonos a la formas que se imponen desde hace cuando menos tres sexenios.
Ahora la titular del Ejecutivo cumplió con lo que dice –y siempre dijo- la ley: presentar el informe.
Así que para hacer entrega formal del documento a los legisladores se apersonó en San Lázaro la secretaría de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, a quien salió a recibirla una comisión, todo sonrisas, pase usted, no después de usted, qué gusto verle, querida, querido, beso para una, beso para otro, bueno, un ejemplo de civilidad y buenas maneras. Monísimos todos, lindísimas todas.
La secretaria entró, saludó, entregó y se marchó. “Veni, tradidi et abii” dirían en latín. “Quióboles, ahí tá y ahí nos vimos” en el barrio.
TE DIGO, ME DICES, NOS DECIMOS, PERO NO NOS OÍMOS
Faltaba lo mero bueno: los posicionamientos de los partidos que fue lo que se esperaba.
El PRI, en voz de su dirigente Alejandro Moreno se lanzó al ruedo en una andanada de descalificaciones, insultos y acusaciones en contra de Morena y el gobierno. Previsiblemente, los aludidos procedieron a responder a gritos a los insultos, lo que provocó que en varias ocasiones la presidencia de la Mesa Directiva pidiera orden.
Tras lo anterior, cuando tocó el turno de Morena, los priistas procedieron, cómo de que no, a sacar megáfonos con sirenas, como si fuera convención de ambulancias, con lo que hicieron imposible el uso de la palabra en tribuna.
Hay imágenes en las que se ve cómo Alejandro Moreno va a la puerta de la Cámara para decirle a varios sujetos que ingresen y con ellos los megáfonos para supuestamente reventar la sesión.
Moreno Cárdenas alegó que como a él lo interrumpieron, ahora ellos tomarían medidas, algo así como “pa que veas lo que se siente», pero fuera de toda proporción.
Resulta evidente que el asunto estuvo planeado, pues solamente así se explica la presencia de los reventadores y de los equipos de sonido. Actitud de una precariedad ética deplorable.
En la Cámara, quien preparó el sainete, o sea Moreno, ahora asumía el papel de víctima y exigía que nadie osara interrumpir a los críticos del gobierno o ellos reventarían la sesión impidiendo el uso de la palabra. Por parte de Morena, acudió en su busca Ricardo Monreal, quien pactó con el priista que nadie más interrumpiría a la oposición. ¡Faltaba más!
Desde la presidencia, se le dio la palabra a Monreal, quien expresó el acuerdo recién conseguido con los extorsionadores.
Mientras tanto, Fernández Noroña a quien habían insultado los priistas pedía la palabra, pero desde la mesa directiva lo ignoraron.
Así pudo terminarse la sesión, que estuvo aderezada con gritos, sombrerazos, sirenas aulladoras, extorsionadores, insultos y reproches. Hay partidos América-Guadalajara con comportamientos más comedidos.
Ah, lo del informe, ah pues es que eso no pareció importarle a nadie. Pero los aplaudidores dicen que todo va bien y los reventadores que todo está mal.
Pero otros sabemos que hay cosas muy rescatables y otras criticables, aunque el balance general lo considero positivo, especialmente teniendo en cuenta la espada de Damocles que se cierne sobre el país por cortesía de la administración Trump.
DE BASTONES Y MINISTRANTES
Por otra parte, se cocinaba un evento que tuvo relevancia histórica. Nos referimos al relevo en el Poder Judicial.
Quienes salieron vencedoras o vencedores en las elecciones ahora tenían que tomar protesta, fíjense nada más en donde: en el Senado de la República, arena que a últimas fechas ha sido territorio de agrias discusiones y agresiones. Después de eso, las y los integrantes del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación debían ir a la sede del máximo tribunal a instalar el Pleno.
Pero no nos adelantemos.
Antes de que eso sucediera, por la mañana hubo una ceremonia en la que representantes de pueblos originarios llevaron a cabo una ceremonia en la que se consagraron los bastones de mando que habrían de entregarse a ministras y ministros por la tarde.
Llegada la tarde, en ceremonia que tuvo efecto en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México, hubo un ritual de purificación y entrega de los bastones de mando a cada una de las personas que ocuparían los cargos de ministras y ministros de la Suprema Corte.
Les dieron su buena sahumada, les dijeron palabras sabias y les hicieron entrega a cada quien de su respectivo bastón. Dicho instrumento tiene un sentido diferente al que comúnmente suele darse desde la óptica occidental, pues en este caso el mando es servicio, se manda obedeciendo. Un concepto realmente hermoso.
En tanto que en los pasillos del edificio que se ubica en la calle de Pino Suárez número 2, sede del Máximo Tribunal, recorrían pasillos y habitaciones un grupo de chamanes de pueblos originarios para darle una limpia espiritual a la edificación, lo que no viene mal, porque hay muy malas vibras acumuladas desde hace años.
AL SENADO SIN CENAR
Debidamente purificados, las y los ministros se dirigieron al Senado de la República, en donde justo con otros poco más de 800 personas juzgadoras, tenían que rendir la protesta necesaria para formalizar el asunto y que quedaran debidamente nombradas y nombrados.
Por supuesto, hubo más rasgaduras de vestiduras y advertencias acerca del negro futuro que nos aguarda. Como vaticinan desde hace más de una década… (lo malo es que por pura estadística, en una de esas le van a atinar y ni quien los aguante)
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) decidió no asistir al evento para que vean que ellos no más no están de acuerdo con eso de que se elija a los jueces y no van a andar asistiendo a cosas así de feas. La verdad, nadie los extrañó.
Por su parte, el Partido Acción Nacional (PAN) eligió a Ricardo Anaya para posicionar su posicionamiento desde su postura y tras su furibunda andanada la bancada panista, como forma de protesta por la toma de protesta mejor decidieron decidir que se salían para afuera. Es decir, dijo que lo mismo que repiten desde hace meses. Gur nait.
SE INSTALA EL PLENO
Una vez que las ministras y ministros terminaron con los prolegómenos del día, se dirigieron a la sede de la Suprema Corte para instalar formalmente el Pleno.
Y ahí te van a toda prisa desde la sede del Senado hasta la plancha del Zócalo.
Resultó que afuera del inmueble había una buena cantidad de personas apostadas desde la tarde para mostrar su apoyo a los nuevos juzgadores, visto lo cual, se abrió la puerta principal del edificio y salieron a dar las gracias, así como a decirles que como un gesto de la nueva política de puertas abiertas y transparencia, se permitiría el acceso a algunos de los asistentes para que los acompañaran en el solemne evento. Así se hizo.
Cumplidos los requisitos de rigor y tras el mensaje del nuevo Ministro Presidente Hugo Aguilar, quedó finalmente instalado el Tribunal y culminó así el inédito ejercicio democrático en materia judicial.
Personalmente, no creo que este cambio sea por sí mismo suficiente para acabar con los males que arrastra desde hace décadas la administración de justicia en su conjunto.
¿Había que cambiar las cosas? Sí. ¿Este fue el mejor camino? No lo sé.
Sin embargo, habrá que dar el beneficio de la duda y esperar que haya buenos resultados. Nos conviene a todas y todos.
LA CENA QUE NO FUE
Nada más llegar los nuevos ministros y ya comienza un sector de la prensa a hostilizar y calentar el ambiente.
Se dijo que luego de que terminó el trabajo en la sede de la Suprema Corte, las y los ministros se fueron a cenar al famoso restaurante francés (oh, la, la) “Au pied de cochon” ubicado en Polanco, famoso por su cocina, por abrir las 24 horas y contar con esmerado servicio (dicen, no he ido). Se afirma que es de súper lujo, pero la verdad es que aunque es un sitio nada barato, hay muchos otros que son bastante más caros.
En fin, el caso es que con indignación a punto del soponcio señalaron el despropósito de que fueran a cenar ahí para celebrar sus nombramientos (supongo que algunos creen que lo apropiado era que lo hicieran en algún puesto de lámina), personalmente, si las personas tienen el dinero suficiente y es producto de su trabajo honrado, pueden gastarlo en una gordita de chicharrón prensado (mmmm, son deliciosas) de 30 pesos o en un taco de carne Kobe de 800 pesos (no, no lo he comido y no pagaría eso por un taco, ahora que si alguien me lo invita…). Muy su lana y muy sus gustos.
Pero no os alteréis, pues la noticia resultó chafa y ya fue desmentida.
LA MISCELÁNEA
El 6 de septiembre de 1522, luego de tres años de navegación y perder cuatro de las cinco naves que iniciaron el viaje, regresó a España Juan Sebastián Elcano quien así consiguió completar la primera circunnavegación del mundo. La expedición había iniciado bajo el mando de Fernando de Magallanes, pero éste murió en Filipinas en 1521. La única nave que consiguió completar el viaje llevaba por nombre “Victoria”.
Allá por 1978, vio la luz una canción de Silvio Rodríguez que a muchos nos hizo voltear hacia esa música que parecía tan fresca y al mismo tiempo tan cercana. Le llamaron a ese movimiento musical “La nueva trova”. Ya no es tan nueva, pero sin duda sigue presente.
Un deseo, un “ojalá” que esta semana sea memorable por las mejores razones. Dicho está.
Paz ya en Gaza.


