Por Aline Gómez Roy
La Selección Mexicana Femenil de Flag Football llegó a Chengdu, China, con una misión clara: defender el oro que conquistaron en Birmingham 2022. Con el recuerdo fresco de la plata mundial obtenida en Finlandia 2024, el equipo nacional inició su participación en los World Games 2025 con la mirada fija en el objetivo mayor: reafirmar su dominio internacional y consolidarse como potencia rumbo a su debut olímpico en Los Ángeles 2028.
La bandera de México volvió a ondear en lo más alto del podio internacional gracias al talento, la disciplina y el coraje de un grupo de mujeres que han hecho historia en el deporte. La selección femenil de flag football conquistó la medalla de oro en los World Games 2025, repitiendo la hazaña que habían conseguido en 2022 y consolidándose como una de las potencias indiscutibles en esta disciplina.
El camino al título no fue sencillo, pero sí brillante. Desde el debut, las mexicanas mostraron que estaban listas para defender su corona. En su primer partido vencieron 41–24 a Japón, un duelo que les permitió sacudirse los nervios iniciales y desplegar un ataque explosivo. Posteriormente enfrentaron a Italia y el marcador fue contundente: 46–7, dejando claro que México no solo tenía ofensiva, sino también una defensa impenetrable. El cierre de la fase de grupos llegó con otra victoria, 34–13 frente a Gran Bretaña, resultado que les dio el pase perfecto a la siguiente ronda: invictas y con autoridad.
Ya en cuartos de final, las mexicanas se midieron ante China. Fue un partido donde demostraron toda su superioridad técnica y táctica: un categórico 40–0 que envió un mensaje al mundo, México no estaba dispuesto a soltar el título. El pase a semifinales estaba asegurado y las jugadoras llegaban con confianza, aunque sabían que lo más complicado estaba por venir.
En semifinales el rival fue Canadá, un equipo que también se había mostrado sólido durante el torneo. Fue un encuentro mucho más exigente, con intercambios constantes de posesión y defensas bien plantadas. Sin embargo, la serenidad y experiencia del conjunto mexicano hicieron la diferencia. Con marcador de 25–13, México se abrió paso a la final soñada: un clásico moderno contra Estados Unidos.
La final no pudo ser más emocionante. México y Estados Unidos llegaron invictos y con hambre de título. Durante gran parte del partido, la balanza se inclinaba hacia las estadounidenses, que aprovecharon errores puntuales para mantenerse al frente en el marcador. Sin embargo, el corazón mexicano volvió a hacerse presente. En los segundos finales, cuando parecía que la derrota era inminente, apareció la capitana y referente del equipo, Diana Flores, quien ejecutó una jugada memorable: un pase preciso a Victoria Chávez, quien atrapó el ovoide en la zona de anotación con apenas un segundo en el reloj. México sellaba así un dramático 26–21 para proclamarse bicampeón mundial.
El triunfo no fue obra de la casualidad. Jugadoras como Diana Flores, Victoria Chávez, Jeimy Esquivel, Yolanda Varela y Mónica Hernández fueron pilares en cada fase del torneo, aportando tanto liderazgo como talento en la ofensiva y la defensa. El equipo dirigido por la entrenadora Cristina de la Concha se distinguió por su disciplina táctica, su velocidad y la capacidad de reacción en momentos críticos.
Más allá del marcador, esta victoria significa un paso adelante en la visibilidad y el reconocimiento de las mujeres en el deporte. El flag football, que ha venido creciendo en popularidad en México y el mundo, encontró en este equipo un símbolo de inspiración para nuevas generaciones. Lo que comenzó como un deporte alternativo ha demostrado que puede llenar estadios, atraer audiencias internacionales y convertirse en un espacio donde las mujeres mexicanas brillan con luz propia.
El bicampeonato en los World Games 2025 no solo reafirma la calidad del equipo, sino que además proyecta al flag football rumbo a su incorporación en competencias olímpicas, donde la expectativa es que México sea protagonista. Diana Flores, quien además de jugadora es embajadora global del deporte, lo dijo con emoción tras la victoria: “Este triunfo es para todas las niñas que sueñan con jugar flag football, para que sepan que sí se puede y que México siempre puede estar en lo más alto”.
En un año donde el deporte femenil mexicano ha dado grandes alegrías en diversas disciplinas, lo conseguido por este grupo de atletas refuerza la importancia de invertir, apoyar y visibilizar el talento de las mujeres en el ámbito deportivo. El oro en Birmingham 2022 no fue casualidad, y el oro en Chengdú 2025 confirma que lo de México es ya una dinastía.
Las jugadoras mexicanas del flag football demostraron que el esfuerzo constante, la unión de equipo y la confianza en sí mismas pueden romper cualquier pronóstico. Con cada pase, con cada atrapada y con cada anotación, escribieron una nueva página dorada en la historia del deporte nacional.
El mensaje está claro: cuando las mujeres tienen las mismas oportunidades, responden con excelencia. México es bicampeón del mundo en flag football femenil y el mérito es de ellas, de todas y cada una de las jugadoras que hoy son orgullo de un país entero.
El liderazgo de Diana Flores
La figura central de esta selección sigue siendo Diana Flores, quarterback y capitana, considerada una de las mejores jugadoras de flag football en el mundo. Su precisión, visión de campo y capacidad de liderazgo la han convertido en el corazón del equipo. Pero su impacto va más allá de lo deportivo: es embajadora global del flag football, ha sido imagen de campañas internacionales —incluido un anuncio durante el Super Bowl— y ha trabajado incansablemente para impulsar el crecimiento de este deporte, especialmente entre las mujeres y niñas.
En Chengdu, Flores ha dejado claro que el objetivo es ambicioso: “Queremos repetir el oro avanzando invictas desde la fase de grupos”. Su mensaje es simple pero poderoso: no se trata solo de ganar partidos, sino de demostrar que México es referencia mundial.
La copita de la semana
Vino Tinto Valpolicella
- Uvas: corvina
- Región: Valpolicella, Italia
- Vista: rojo rubí brillante
- Nariz: fresco y natural con.
- Boca: es potente, de complejos sabores a flores, frutas y un ligero toque a piel de toronja.
- Maridaje: Quesos, platillos con salsas cítricas.
Hasta aquí por hoy y ya nos saludaremos la próxima semana.


