Ola tras ola, las surfistas conquistan el mar y la historia

Por Aline Gómez Roy

El surf ha sido, durante décadas, un deporte dominado por hombres, pero las mujeres han sabido hacerse espacio a fuerza de talento, perseverancia y pasión. Lejos quedó la imagen estereotipada de las mujeres en la playa como espectadoras; hoy son protagonistas absolutas de las olas y referentes internacionales de una disciplina que exige tanto técnica como temple. En esta columna exploramos cómo ha evolucionado la participación femenina en el surf, cómo son las competiciones y quiénes son las surfistas que han marcado época.

Un viaje a través del tiempo: la historia del surf femenino

El surf tiene raíces ancestrales, especialmente en la cultura polinesia y hawaiana, donde hombres y mujeres practicaban esta actividad con una fuerte carga espiritual. Sin embargo, con la colonización y la imposición de valores occidentales, las mujeres fueron excluidas progresivamente del mar y de este deporte.

Fue hasta el siglo XX cuando figuras femeninas comenzaron a recuperar su lugar en las olas. Una de las pioneras fue Isabel Letham, considerada la primera mujer australiana en surfear, en 1915. Posteriormente, en los años 50 y 60, mujeres como Marge Calhoun y Linda Benson irrumpieron en la escena competitiva. No obstante, era común que tuvieran que competir en categorías con menos premios, menos cobertura y menos reconocimiento.

No fue sino hasta la década de los 80 y 90 cuando el surf femenino comenzó a tener torneos propios y una estructura más sólida. Aun así, la brecha de género persistió por muchos años. El cambio más significativo ocurrió en 2018, cuando la World Surf League (WSL) anunció que ofrecería premios iguales para hombres y mujeres, marcando un hito en la lucha por la equidad en el deporte.

¿Cómo funcionan las competiciones?

Las competencias de surf no son como las de otros deportes con escenarios fijos. Aquí, el escenario es la naturaleza misma: las olas del mar. Esto exige que las competiciones tengan un formato flexible que se adapta a las condiciones climáticas.

En cada evento, las surfistas son agrupadas en «heats» o mangas de competencia, que duran aproximadamente 30 minutos. Durante ese tiempo, deben tomar las mejores olas que puedan y ejecutar maniobras evaluadas por jueces. Las puntuaciones consideran criterios como grado de dificultad, innovación, fluidez, control y uso crítico de la ola. Solo las dos mejores olas de cada competidora son tomadas en cuenta para su calificación final.

Las ligas más importantes del surf femenino son la Championship Tour (CT), organizada por la WSL, y eventos destacados como los Juegos Olímpicos, donde el surf debutó en Tokio 2020 y estuvo presente también en París 2024, en las emblemáticas olas de Tahití.

Además de las competiciones de tabla corta, existen categorías de longboard (tabla larga) y big wave surfing, que implica surfear olas gigantes que superan los 6 metros de altura. En esta última categoría, la participación femenina es más reciente pero ya hay mujeres que han dejado su huella.

Referentes del surf femenino

Si hablamos de reinas del surf, es imposible no mencionar a Stephanie Gilmore, de Australia, quien ha ganado ocho títulos mundiales, lo que la convierte en una de las surfistas más laureadas de todos los tiempos. Con un estilo elegante y técnico, Gilmore es admirada por su consistencia y dominio en distintos tipos de olas.

Otra leyenda es Carissa Moore, de Hawái, cinco veces campeona del mundo y oro olímpico en Tokio 2020. Moore no solo se ha destacado por sus logros deportivos, sino también por su activismo a favor de la diversidad y el empoderamiento de las niñas en el deporte.

Entre las nuevas generaciones, Tatiana Weston-Webb, de Brasil, y Caroline Marks, de Estados Unidos, están empujando los límites del surf femenino con maniobras cada vez más arriesgadas y estilos potentes.

En la categoría de olas grandes, la hawaiana Paige Alms es una pionera. Fue la primera mujer en ganar el evento de Big Wave Tour en 2016. También destaca Justine Dupont, de Francia, considerada una de las mejores surfistas de olas gigantes del mundo, enfrentando olas monstruosas en Nazaré, Portugal.

Más que un deporte: comunidad y lucha

El surf femenino no solo ha crecido en lo competitivo, sino como comunidad. Muchas surfistas están involucradas en proyectos sociales y ambientales. Organizaciones como Surfear es Vida, Wahine Project o Sea Sisters Sri Lanka usan el surf como herramienta de empoderamiento para mujeres y niñas en comunidades vulnerables, promoviendo la confianza, la salud mental y el respeto al océano.

También hay una lucha vigente contra la sexualización de las surfistas en los medios, que durante años priorizaron su aspecto físico por encima de su talento. Hoy, las nuevas generaciones buscan cambiar esta narrativa, y apuestan por una representación más justa y poderosa de las mujeres en el surf.

El futuro viene en ola

Con el crecimiento de la audiencia, el auge de las redes sociales y la inclusión del surf en los Juegos Olímpicos, las oportunidades para las surfistas son mayores que nunca. Sin embargo, el camino no ha sido fácil y todavía quedan retos por enfrentar: más visibilidad, más patrocinios y mayor inclusión de mujeres en categorías extremas como el surf de olas grandes.

Lo cierto es que, ola tras ola, las mujeres están reescribiendo la historia del surf. Desde las pioneras que se atrevieron a desafiar las normas hasta las actuales campeonas que dominan las olas del mundo, cada una ha contribuido a que este deporte sea más justo, más inclusivo y más emocionante.

La copita de la semana

Vino Blanco Garzón, Albariño Reserva

  • Región: Uruguay  
  • Variedad: Albariño
  • Nariz: se presenta intenso, con aromas frutados que recuerdan al durazno, equilibrándose con notas cítricas
  • Boca: es fresco y mineral, con acidez marcada y un final largo y redondo.
  • Maridaje: mariscos, pescados y quesos suaves.

Hasta aquí por hoy y ya nos saludaremos la próxima semana.

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