Remando hacia la equidad en el canotaje femenil

Por Aline Gómez Roy

El agua puede ser un espejo de la historia: a veces tranquila, otras veces agitada, pero siempre en movimiento. En ese reflejo se han forjado mujeres fuertes, decididas, que han roto con estereotipos y resistencias para abrirse camino en un deporte que exige no solo potencia física, sino precisión técnica, fortaleza mental y una entrega inquebrantable: el canotaje. Esta disciplina, que ha sido durante años dominada por hombres, ha visto emerger a figuras femeninas que no solo han dejado huella en el medallero, sino también en la lucha por la igualdad.

El canotaje femenino comenzó a tener visibilidad olímpica en los Juegos de Londres 1948 con la inclusión del kayak individual 500 metros (K1 500m). Sin embargo, pasarían muchas décadas antes de que la paridad fuera una realidad tangible. No fue sino hasta los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que el programa olímpico incluyó por primera vez el C1 200m femenil (canoa individual), marcando un antes y un después para las mujeres canoístas.

Una de las grandes protagonistas de esa historia reciente fue Neus Torras, de España, quien durante años peleó para que las mujeres tuvieran acceso a las mismas pruebas que los hombres en competencias internacionales. Su activismo y presencia constante en el circuito internacional abrieron camino para otras atletas que hoy compiten en igualdad de condiciones. Torras no solo remaba para ganar, remaba para todas.

Pero el rostro más icónico del canotaje femenil actual es, sin duda, Lisa Carrington, de Nueva Zelanda. Con una mezcla de potencia y técnica impecable, Carrington ha sido una de las atletas más dominantes de su generación. En Tokio 2020 ganó tres medallas de oro (K1 200m, K1 500m y K2 500m), convirtiéndose en la atleta neozelandesa más laureada de todos los tiempos. Su constancia y nivel competitivo la han convertido en un referente para niñas y jóvenes que sueñan con tomar el remo y conquistar las aguas del mundo.

En América Latina también hay nombres que resuenan con fuerza. Una de ellas es la mexicana Beatriz Briones, quien ha representado con orgullo a México en múltiples competencias internacionales, incluyendo los Juegos Panamericanos de Lima 2019, donde ganó cuatro medallas (una de oro, una de plata y dos de bronce). Briones es muestra del talento que existe en la región y de cómo, a pesar de las limitaciones presupuestarias y de infraestructura, las mujeres siguen avanzando con determinación.

Además, es imposible hablar de canotaje femenino sin mencionar a Laurence Vincent-Lapointe, de Canadá. Durante años fue considerada la reina del C1 200m, y su dominio fue tan amplio que incluso su ausencia en Tokio 2020, debido a una suspensión temporal (de la cual fue exonerada), fue sentida en toda la comunidad internacional. Vincent-Lapointe ha sido una defensora incansable de la inclusión femenina en todas las disciplinas del canotaje, y su trayectoria ha inspirado a generaciones.

Más allá de las medallas, el canotaje femenil representa una victoria simbólica: el derecho de las mujeres a competir, a entrenar en igualdad de condiciones, a tener visibilidad y a recibir apoyos. En muchos países, las mujeres han tenido que luchar para que se les otorguen los mismos recursos que a sus colegas varones, desde entrenadores hasta acceso a instalaciones. Y aunque hay avances, la equidad plena aún es una meta por alcanzar.

Uno de los desafíos del canotaje femenil, especialmente en países en vías de desarrollo, es la falta de difusión. Las historias de estas atletas no siempre llegan a los medios de comunicación ni a las redes sociales, a pesar de sus logros. Por eso, resulta indispensable que existan plataformas que impulsen su visibilidad y que desde los organismos deportivos se promuevan programas específicos para fomentar la participación de mujeres en este y otros deportes acuáticos.

También hay que destacar la importancia del trabajo colectivo. En disciplinas como el K2 o K4, la sincronía es fundamental, y muchas mujeres han demostrado que el trabajo en equipo puede ser una poderosa herramienta de transformación social. En estos equipos, las deportistas desarrollan habilidades de liderazgo, resiliencia y compañerismo que trascienden la pista de agua.

El futuro del canotaje femenil es prometedor. Cada vez más niñas se acercan al remo, impulsadas por referentes actuales y por políticas de inclusión más sólidas. En este contexto, las federaciones, instituciones educativas y gobiernos tienen una tarea clara: remar junto con ellas hacia un horizonte donde el género no determine la oportunidad.

Las mujeres en el canotaje no solo reman hacia la meta: reman contra corriente, abriendo paso a nuevas generaciones. Y en cada palada, nos recuerdan que el agua también puede ser un camino hacia la equidad.

LA COPITA DE LA SEMANA

Tinto Montes Classic Series Merlot 750 ml

  • Región: Chile
  • Variedad: 85% Merlot, 15% Carménère
  • Vista: De un intenso color rojo carmín.
  • Nariz: impacta su pool de aromas derivados de su contacto con roble francés
  • Boca: Se muestra muy amable, con volumen medio, taninos muy bien ensamblados y además con una acidez bien balanceada.
  • Maridaje: Carnes, legumbres guisadas, ratatouille, quesos fuertes y seitán. Pechuga de pato ahumado, salmón a la parrilla.

Hasta aquí por hoy y ya nos saludaremos la próxima semana.

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