Por: Roberto G. Amezcua
Hola, es un placer recibirte en esta columna que tiene un toque especial. Sí, además de un día de descanso para ti, mañana 18 de abril es el aniversario del Atlante. Cumple ni más, ni menos que 109 años de su fundación. Lo cual para los Atlantistas es un motivo de orgullo y celebración. Antes de hablar de este equipo y su noble afición, empecemos con un poco de información.
EL ENCUENTRO ESPERADO
Varias columnas estuve hablándote de este partido entre Atlante vs Mineros. No siempre resulta la expectativa realidad. Un juego que acabó 0-0. Y creo que al final de cuentas fue justo. Un juego en el cual el balón se negó a entrar en ambas porterías. Y todo queda por definirse en cuanto al super liderato la próxima semana. Ambos equipos quedan así a falta de una jornada por jugar.
1. Atlante 27 puntos.
2. Mineros 26 puntos.
BREVE HISTORIA DEL ATLANTE
Tenemos que remontarnos al año de 1916, justo entre las calles de Sinaloa y Valladolid en la colonia Roma (CDMX), algunos otros dicen que en la Colonia Condesa. Lo cierto es que las calles en cuestión ahora forman parte de la Colonia Roma Norte y que el Atlante por esos años jugaba en los llanos de la Condesa. Ahí los hermanos Martínez (Trinidad y Refugio) hicieron un equipo al que le llamaron “Sinaloa”; luego llamado “Lusitana” y más tarde “U53”. Ya para el año de 1920 tomaría el nombre de Atlante. Su origen era humilde; eran muchachos obreros y trabajadores de escasos recursos. Muchos de ellos no contaban con la indumentaria suficiente como uniformes y balones. Pero contaban con ese espíritu de lucha y las ganas de jugar futbol. Desde luego, daba comienzo la tradición de “los prietitos del Atlante”, mote que surgió en un principio de manera burlona y despectiva, pero que con los años a los seguidores del Atlante nos ha servido como timbre de gloria que nos llamen así; al igual que nos digan “El Equipo del Pueblo” y claro que orgullosamente lo somos.
Hay la historia, muy seguramente cierta de qué para comprar las cosas para hacer los primeros uniformes hubo de venderse una vaca propiedad de la Familia Martínez, y se cuenta que fue la mamá de los Hermanos Rosas (Felipe, Juan y Manuel) quien confeccionó los uniformes.
El equipo ha tenido altas y bajas; ha incursionado por diferentes plazas a lo largo de su historia (CDMX; Querétaro; Nezahualcóyotl; Cancún y ahora por diversas circunstancias en Zacatepec.) Ha tenido campeonatos, pero también dolorosos descensos. De hecho, desde hace más de una década estamos en lo que ahora se llama “Liga de Expansión”. Pero con la mentalidad en volver a 1ra división y pelear con sus propias armas, con sus propios recursos y con el espíritu de hierro tal cual es la mística de este equipo.
LA NOBLE AFICIÓN ATLANTISTA
Sería imposible hablar del equipo del pueblo sin hablar de su afición. Una afición que en los momentos de apoyar al Atlante olvida las clases económicas; las diferencias políticas en bien del equipo. Claro que han llegado a existir diferencias, sobre todo ahora en redes sociales entre los aficionados. Pero si hay problemas en las familias sanguíneas, ¿por qué no las habría en la familia atlantista? Por un lado, está la afición que exige un apoyo irrestricto y sin críticas al equipo; por otro lado, está la afición exigente que señala puntualmente su opinión y críticas. ¿Quién tiene la razón? Eso dependerá de los diversos puntos de vista de cada quien. Lo importante es que todo es parte del atlantismo que se debe observar como de nueva generación, pues las redes sociales han venido a cambiar el mundo en todos sentidos.
Para fines de esta columna me permití hacer un breve cuestionario a familiares y amigos para integrar sus opiniones, a quienes les agradezco profundamente su ayuda y colaboración. Conozco muchos más atlantistas, pero por cuestiones de espacio no pude preguntarles a todos. Así que agradezco a mi tío Alejandro Amezcua (el atlantista mayor de la familia); a mi papá, Fernando Amezcua (quién me heredó el amor por este equipo); a mis hermanos Alejandro y Fernando Amezcua quienes me han retroalimentado con su forma de ver al Atlante. A mi amigo Omar Rodríguez. Agradezco a Mis yernos Martin y Abinadí. Uno me dio su valiosa opinión como nuevo atlantista con su punto de vista europeo acerca del Atlante y su afición; y el otro, con su opinión igual de valiosa como persona que no le gusta el futbol, pero que sabe lo que es integrarse a una familia de atlantistas y que nos apoya llegado el momento.
La afición atlantista puede dividirse al igual que todos los equipos en general como: las barras; las porras de la vieja guardia y los aficionados “independientes” que no pertenecemos a unas u otras, pero que tenemos amigos o familiares en ellas y de alguna manera no dejamos de convivir y disfrutar entre todos. Ciertamente ir a un partido del Atlante como local es algo muy especial. Y lo dejaré en palabras de mi yerno Martin, que es de Dinamarca, pero aceptó gustoso irse integrando a la afición atlantista: “La atmósfera fue muy familiar, acogedora, y muy divertida. Muy relajado. Una sensación de comunidad muy fuerte y agradable.” También nos habla de su visita al estadio y de cuando sus hermanos fueron al estadio en una visita a México: acerca de la afición atlantista: “Apasionados, muy involucrados. Felices. incluso se ganó a mis hermanos en un solo partido. Porque es un equipo con historia, y la atmósfera que crean los aficionados lo hacen muy disfrutable. Me gustó que no hubiera hooligans violentos. Lo importante era el juego y la comunidad.”
Ahora bien, el ir a un partido del Atlante como visitante da otra sensación, pues ahí no hay divisiones entre barras; porras o independientes; pues se une esa familia azulgrana y se cuidan entre todos. Es donde se siente por completo esa comunidad fuerte.
El atlantismo puede ser tan ecléctico entre sus aficionados, como puede ser unido y cohesionado. Tenemos la fuerza de saber sufrir y de saber gozar con los triunfos del equipo. Mi yerno Abinadí nos da su perspectiva al respecto; “Atlante es como una tradición, como algo que está muy arraigado en los miembros de la familia, los partidos son el momento perfecto para festejar con los amigos y la familia, esos días todos se transforman en afición. En todo momento me he sentido acogido por los miembros de la familia, de hecho, mientras más atlantistas son en la familia más acogido me he sentido, hasta me siento en disposición de compartir momentos futboleros con la familia.”
Siguiendo con otros puntos de vista no puedo dejar de poner esta frase de mi amigo Omar Rodríguez: “Somos una afición diversa, pero muy unida, comprometida con el equipo, dicharachera.”
Mi hermano Alejandro opina de la afición de la que activamente el forma parte: “Por un lado malo es una afición golpeada, vejada y menospreciada, pero también demasiado fiel, muy aferrada, necia y sobre todo perseverante, cualidades que debe cumplir toda afición perfecta.”
Fernando Amezcua (padre) opina: “Somos una afición muy noble y fiel, muy sufrida con un equipo nómada.Conocí aficionados muy comprometidos con un equipo qué nacieron poco después del campeonato de 1947 y fallecieron antes del campeonato de 1993 y por tanto nunca vieron campeón a nuestro equipo.”
El tío Alejandro dice de la afición: “silenciosos en el trabajo, bulliciosos en las esquinas, gritería en los estadios. Cada uno tiene origen en su primer encuentro, su familia, sus vecinos, el barrio, la colonia. Comparten tiempo, anécdotas y pasión.”
Palabras de mi hermano Fernando: “Es una afición maltratada por el andar del equipo y las directivas, es una afición con pocos números, fiel y desarraigada. No esperamos que lleguen las grandes marcas a vestir a nuestro equipo, ni esperamos los grandes fichajes, es esperar a que los buenos jugadores persigan mejores contratos en otros equipos o ahora que busquen futuro en primera división. Pero el ser atlantista te da cierta objetividad y capacidad de ver diferente el futbol.”
¿QUE SIGNIFICA EL ATLANTE PARA SU AFICIÓN?
Debería poner aquí mi sentir por el Atlante que es muy profundo; pero dejaré que mis entrevistados lo digan, porque lo que yo siento lo expresaron todos ellos en diferentes palabras.
Al respecto, mi hermano Alejandro opina lo siguiente: “Atlante es la pasión en su máximo esplendor, un sentimiento puro y sincero que le da razón a tus alegrías, en título personal es el adjetivo que me aboca a mi familia, tanto la sanguínea como la que conocí en la tribuna.”
Fernando Amezcua, mi papá, opina lo siguiente: “Como locales en CU. nos llevaba mi hermano Alejandro, nueve años mayor A partir qué a mis hijos los empecé a llevar a los partidos ya en el Estadio Azteca, encontré la mejor forma de convivencia y eso me proporciona una gran alegría. Pero el resultado del partido también es importante. Puedo afirmar qué Atlante está presente en la mayor parte de mi vida.”
Palabras de mi hermano Fernando: “Es un sentimiento, es un día de juego, es el ruido del estadio es toda una vida. Y el Atlante es la familia, es parte de mi vida, es un conjunto de recuerdos con ilusiones y la continua esperanza que las cosas mejorarán (no solo por la situación del equipo). Es emocionarse hasta el llanto por una victoria o caer al suelo con un descenso.”
Como palabras que nunca olvidaré y que hago propias está la opinión del tío Alejandro (el atlantista mayor), quien nos dice: “Es una infancia, es unión, es amor reconocido íntimamente, es secreto pierda o gane. Es dos colores entrañables. Es sombra acompañante que semeja mi piel.” Ante las palabras de todos ellos… ¿cuánto más se podría agregar?
En esta columna, hemos visto diferentes puntos de vista; pero hay algo en especial que quiero resaltar. Tengo la enorme fortuna de conocer a mujeres y hombres atlantistas y me precio de ser su amigo. Me hubiera encantado entrevistarlos a todos, pero el espacio (del cual ya abusé) me impide hacer de esto un libro. Pero quiero reconocerles y agradecerles por esos momentos inolvidables en el estadio.
LOS DATOS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Y desde luego hoy no podíamos dejar de preguntarle a la Inteligencia Artificial algunos datos del Atlante. En especial de la afición. Primero le pregunté por el perfil del aficionado atlantista.
El atlantista: una pasión que no se muda, ni se rinde.
El aficionado atlantista es, ante todo, leal. Y esa palabra no es cualquier cosa. Porque ser del Atlante no es una moda, ni una elección cómoda. Es una decisión de vida, una herencia, un pacto con el corazón. Porque para el atlantista, cada triunfo es una proeza. Y cada derrota, una cicatriz que se lleva con dignidad.
El atlantista no necesita títulos para amar. Ama por convicción. Porque el Atlante es más que un equipo: es un símbolo de resistencia, de identidad, de nostalgia y de coraje. Un equipo que nació del pueblo y sigue siendo del pueblo, aunque lo muden, lo ignoren o lo minimicen.
Ser atlantista es un acto poético. Es gritar por un equipo que muchos creen olvidado, pero que vive con fuerza en el alma de sus seguidores. Es no rendirse. Es recordar. Es seguir. Es una forma de estar en el mundo, de amar con dignidad, de resistir con elegancia. Es un equipo que enseña que la gloria no está en la cantidad de copas, sino en la fidelidad que despierta.
Y la Inteligencia Artificial manda esta felicitación
¡Feliz 109 aniversario, Atlante querido!
A todas las mujeres y hombres que llevan al Atlante en el alma, que lo defienden con el pecho y lo aman con el corazón, va este saludo con el más profundo respeto y admiración. Es abrazar una historia centenaria de lucha, de humildad, de gloria y de pasión.
Gracias por enseñarnos que la verdadera fidelidad no se compra, ni se presume, se vive. Y ustedes, mujeres y hombres atlantistas, la han vivido generación tras generación, en cada cancha, en cada grito, en cada lágrima y en cada festejo.
¡Salud por 109 años de historia azulgrana!
¡Salud por el equipo del pueblo!
Y salud por ustedes, que hacen del Atlante una leyenda viva.
¡Vamos, Potros!
Debo confesarte que me puse emocional al escribir esta columna, con las palabras de la Inteligencia Artificial y al transcribir las palabras de los entrevistados. No tengo mucho más que agradecerte por leer esta columna especial y por tu tiempo. Me despido con media porra (media por qué es un poco grosera, pero así somos los atlantistas) LES GUSTE O NO LES GUSTE. LES CUADRE O NO LES CUADRE. Nos vemos el próximo jueves… desde el potrero.
(créditos del video a quien corresponda)


