Por Enrique Fortunat D.
De paseo por la Ciudad de México, asistimos al Museo de Geología de la UNAM. Ahí vi los nombres de dos minerales, cuya potente sonoridad me remitió a exóticos personajes y escenarios.
Los Molibdatos y los Tungstatos fueron clanes de la región de Mangalia en la parte septentrional del Asia Menor.
Su época de mayor apogeo ocurrió hacia el siglo VII cuando se apoderaron de amplias regiones y dominaron el comercio de minerales a los que pusieron altos precios y obligaron a pagar elevadas cuotas de paso a los comerciantes para atravesar sus territorios.
Sin embargo, en el año 654 de nuestra era, Balime, el mayor de los hijos de Ben Ilim Molibdato se rehusó a contraer matrimonio con la Jacilda Tungstata alegando que el bigote de la mujer le provocaba una repulsión irrefrenable. A pesar de la promesa de que Jacilda diariamente sería afeitada por los mejores barberos, el joven Molibdato se negó diciendo que si tuviera que besar un labio recién rasurado, preferible era hacerlo con el de su amigo Albim, quien seguramente tendría además mejor aliento que Jacilda.
Llena de vergüenza, la mujer le reclamó que a pesar de ser un alfeñique afeminado y lampiño ella fue lo suficientemente prudente y discreta para no ofenderlo diciendo que la más delicada de sus doncellas era un rudo guerrero frente a los delicados modos de Balime.
Este muy descriptivo intercambio de puntos de vista fue tomado como un insulto por ambas partes e inició lo que se conocería como «El altercado de los bigotes».
Para el año 676 el conflicto continuaba con la consecuente ruina de ambas partes.
Se perdió el dominio sobre las minas y la tierra, asimismo las tropas necesarias para mantener en funcionamiento las aduanas se utilizaron para la guerra, con lo que se dio al traste con lo poco que quedaba de la economía.
Finalmente, hacia el año 681 el conflicto terminó.
Para ese momento, Balime se había establecido desde hacía 12 años en el exterior en donde con su amigo Albim iniciaron un próspero negocio de venta de kejel, pachuli, incienso y uñas postizas.
Por su parte, Jacilda fundó una cadena de barberías en las que afeitaba a los parroquianos con diversos métodos, como cuerda, fuego y acero.
Luego de los acontecimientos, la región de Mangalia declinó rápidamente y fue invadida por hordas de monos aulladores que hicieron imposible conciliar el sueño para los humanos.
Hoy es una región arenosa que promueve el desertismo saludable con agua de limón.



