Laura

Por Marco Antonio Guerrero Hernández

La tarde era fría, los primeros días de enero eran los más gélidos de todo el año y Laura empezaba a quitar las esferas del árbol de navidad, era el comienzo de otro año y ella metía todo en grandes cajas.

Su casa era grande y contaba con una habitación extra que utilizaba como bodega. Acomodó todo, cuando terminó se dio una ducha, se puso unos jeans, una blusa y tenis. Salió en su auto rumbo al supermercado.

Hizo las compras necesarias, pero justo antes de pagar tuvo un desmayo, las personas que estaban alrededor la ayudaron, le sangraba la nariz, llamaron a los servicios de emergencia que tardaron más de media hora en llegar a su auxilio, después de revisarla la llevaron al hospital en donde estuvo en observación por un par de días.

Cuando pudo salir fue a verla su ex esposo, tenían seis meses de haberse separado y ella aún tenía cosas de él y algunos sentimientos pendientes ¿Cómo es posible que en tan poco tiempo alguien pueda borrarte así de su vida? Se preguntaba ella, conteniendo las lágrimas. Estuvieron conversando por tres horas.

II

Después de permanecer amarrado un par de días, aquel hombre recibió un chorro de agua en la cara, tenía los ojos vendados y la boca tapada con cinta adhesiva que le fue removida para que pudiera comer algo. Escuchó una voz

-Tienes que comer algo- mientras le metía la cuchara con sopa a la boca.

Escupió el alimento; eso desesperó a quien lo alimentaba.

-¡Ah! No quieres comer, entonces muérete de hambre y recibió un golpe en la cabeza, escuchó pasos ligeros alejarse del sitio.

III

Laura estaba muy deprimida, su matrimonio había durado solo un año, abrazaba su vestido de novia, miraba la argolla con nostalgia. No hubo un motivo claro, tampoco una infidelidad, su ex marido cumplió a cabalidad con el compromiso de una vida en pareja y recordaba sus palabras:

-Esto se desgastó Laura, el amor que sentía por ti se fue, así.. Un día me desperté y te ví a mi lado, es triste decirlo pero ya no sentí nada-.

Sollozaba mientras le daba un trago a la botella de licor y ponía canciones tristes. Así se quedó dormida.

IV

Una bolsa en la cara y aquel hombre no podía respirar, pudo soportar unos segundos así antes de morir. Le fueron retiradas las amarras de manos y pies, bañaron e{ cuerpo, lo vistieron con un traje sastre que le quedó un poco grande, para enterrarlo en el patio de atrás de aquella casa.

V

La noticia se difundió en medios de comunicación. No había ninguna pista. Sexto hombre desaparecido en un periodo de cuatro meses, los familiares pegaron carteles con su foto en calles y estaciones de autobuses, hicieron campaña, contactaron a las autoridades. Nadie tenía respuestas, los analistas de los diarios ponían encabezados sensacionalistas, hablaban de un asesino serial, los encargados de la justicia pedían no ser fatalistas, prometían redoblar esfuerzos para encontrar a los hombres extraviados.

VI

El día que Laura salió del hospital su ex marido fue informado de la situación y fue a visitarla, la encontró pálida con ojeras, se sintió preocupado, en cierto punto se sentía un poco responsable ya que ella no había tomado nada bien la ruptura de su matrimonio, la acompañó a comer, conversaron por unas horas y ella le pedía otra oportunidad, él se rehusó. Al ver la insistencia de ella, pensó que era momento de irse, se levantó fue al sanitario, mientras se lavaba las manos sintió un golpe en la cabeza, cuando despertó estaba atado a una silla con los ojos vendados y la boca cubierta con cinta adhesiva.

Escuchó una voz de mujer, era la voz de Laura quien le estaba confesando sus cinco crímenes anteriores.

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