Mujeres, deporte y una copa de vino… 

Por Aline Gómez  Roy

El tema económico en cualquier actividad es básico, por eso los patrocinios son esenciales para el financiamiento de equipos, atletas y eventos deportivos. Las marcas aportan dinero y recursos para cubrir costos operativos, mejorar infraestructuras, financiar a los deportistas y organizar competiciones. Sin esta inversión, muchos deportes no podrían sostenerse o crecer a nivel profesional.

Es importante para poder hablar de paridad de género en el deporte que exista esta igualdad salarial y de patrocinadores, es por eso que hoy hablaremos del patrocinio en el deporte femenil.

Hablemos de mujeres y los patrocinios

El patrocinio en el deporte femenil enfrenta una serie de dificultades y retos particulares que, aunque han ido disminuyendo en ciertos aspectos, aún representan grandes desafíos.

Uno de los principales obstáculos para el patrocinio en el deporte femenil es la falta de cobertura en medios de comunicación, que tradicionalmente han enfocado su atención en el deporte masculino. Esta menor visibilidad limita la exposición de las marcas patrocinadoras, haciéndolas menos propensas a invertir en equipos y atletas femeninas.

Existe un arraigado estereotipo de que los deportes femeninos atraen menos público o son «menos emocionantes». Este prejuicio no solo afecta la percepción del público sino también la decisión de los patrocinadores, que tienden a enfocar sus recursos en deportes masculinos bajo la idea de una mayor rentabilidad.

En la mayoría de las disciplinas, los premios y el financiamiento destinados a atletas femeninas son considerablemente menores. Esta falta de equidad no solo impacta el desarrollo profesional de las deportistas, sino que también desalienta a los patrocinadores a invertir en ligas o equipos femeniles debido a la percepción de menor retorno económico.

Aunque hay deportistas femeninas que han alcanzado gran popularidad (como Serena Williams o Megan Rapinoe), la mayoría de los deportes femeninos no cuentan con tantas figuras mediáticas reconocibles para el público general. La creación de estos referentes es fundamental para atraer patrocinadores, pues se convierten en embajadores de marca y generan un mayor impacto publicitario.

Muchos patrocinadores aún ven el deporte femenil como un «riesgo de inversión» y no se comprometen a largo plazo. Esto significa que las ligas y deportistas femeninas suelen tener ciclos de patrocinio más cortos e inconsistentes, lo que limita su capacidad de planificación y crecimiento sostenido.

La mayoría de los patrocinadores se concentran en equipos y ligas profesionales, dejando de lado las categorías juveniles o amateur femeniles. Esta falta de apoyo en las etapas iniciales limita el desarrollo de futuras deportistas de élite y reduce las oportunidades de crecimiento del deporte femenil.

En algunos casos, las atletas femeninas son valoradas más por su apariencia que por su desempeño deportivo, y los patrocinios pueden estar condicionados a estos criterios. Esto no solamente perpetúa estereotipos sino que limita las oportunidades para deportistas de gran talento que no encajan en estos estándares.

El patrocinio del deporte femenil depende muchas veces de marcas específicas (principalmente de ropa deportiva), mientras que otros sectores (tecnología, autos, telecomunicaciones) no están tan involucrados como en el deporte masculino. Esta falta de diversificación reduce las fuentes de financiamiento y limita el alcance del deporte femenil en distintas audiencias.

Al invertir menos en publicidad, se crea un círculo vicioso donde el deporte femenil sigue sin alcanzar la atención pública y, por ende, el interés de los patrocinadores. Además, sin una estrategia de marketing adecuada, las ligas femeniles carecen de los recursos necesarios para crear campañas atractivas que capten audiencias más amplias.

Las federaciones y organismos deportivos no siempre cuentan con políticas claras para promover la igualdad de género en el patrocinio. La falta de incentivos específicos para que los patrocinadores apoyen el deporte femenil impide que se nivelen las oportunidades y que las marcas vean el deporte femenino como una inversión valiosa.

Para cambiar esta realidad, se pueden implementar varias estrategias:

  • Aumentar la visibilidad del deporte femenil en los medios y redes sociales.
  • Promover referentes femeninos y sus logros deportivos para construir íconos mediáticos.
  • Incentivar políticas de equidad en premios y financiamiento, lideradas por las federaciones.
  • Diversificar los sectores de patrocinio, incentivando a nuevas industrias a involucrarse en el deporte femenil.
  • Campañas educativas que combatan los prejuicios de género y promuevan la igualdad en el deporte.

Lograr un patrocinio sólido en el deporte femenil requiere no sólo cambios en la industria deportiva, sino también un compromiso de la sociedad en general para promover la igualdad y apoyar el desarrollo profesional de las mujeres en el deporte.

 La copita de la semana

 Vino blanco Cuna de tierra Semillon

  • Región: Valle de Dolores Hidalgo, Guanajuato
  • Uva: Semillon
  • Color: Amarillo pálido con reflejos verdosos.
  • Nariz: Ofrece notas de frutas frescas como manzana verde, pera y un toque cítrico. También pueden notarse sutiles aromas florales y herbales.
  • Boca: En boca es refrescante, con acidez balanceada y cuerpo ligero a medio. Tiene un final suave y elegante, con un retrogusto de frutas blancas y cítricos.
  • Maridaje: Es ideal para acompañar pescados, mariscos, ensaladas frescas, platillos vegetarianos, o incluso como aperitivo.

Hasta aquí por hoy y ya nos saludaremos la próxima semana.

Hasta entonces, salud.

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