Por Lenin Rojo Curiel
Narciso
Certidumbre, puñado de niebla
del hombre, su medida.
Pasión, sabor de ceniza
turbia delicadeza, miente tu nombre.
Vaciar sangre y semen
en ningún olvido
enredar hilos de estrella
en sombras que engendran sombras.
Oriente que olvida su gravedad
de niño, bronco ladrido
en una desolada cartografía
Ceñirse de oscuridad y amargura volverse hueco de desamor llenarse, sobrevivir (sin ti) la noche, sin ahogo reconocer el día y sus flechas. Veneno, surcos de mercurio en el rostro.
En el espejo encontrar
no el pasado entretejido en la lengua,
sino el miedo a dormir, y en él;
agazapadas, mis palabras cercanas
hermanas incestuosas.
27-28, julio 2011, 01:11am

