Por Enrique Fortunat D.
Ahora sí, Claudia Sheinbaum Pardo es la primera mujer electa presidenta de los Estados Unidos Mexicanos.
Llegó la fecha
Este 15 de agosto, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación otorgó la constancia de mayoría a Sheinbaum Pardo, con lo que es la primera mujer electa para ser titular del Ejecutivo en los poco más de 200 años de historia independiente de nuestro país.
Sin duda, un hecho histórico.
Personalmente, hay dos cosas que veía como deseables pero muy poco probables de ver durante mi vida:
- Que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), no solamente estuviera fuera de los Pinos, sino derrotado y en la lona.
- Que el país fuera gobernado por una mujer.
El sempiterno PRI, fuera
En el primer caso, la cultura política, el andamiaje institucional, se veía tan arraiga, tan fuerte, con tantas agarraderas que era muy difícil pensar que algo o alguien pudiera sacudir de tal modo esto hasta terminar por quebrarlo.
Para un servidor los momentos que marcaron hitos para el cambio fueron:
- El movimiento estudiantil de 1968 que desembocó en dos matanzas, la del 2 de octubre de ese año y la del jueves de corpus de 1971. Desnudaron lo peor del régimen y mostraron a un sector que estaba dispuesto a dar la vida por el cambio.
- El terremoto de septiembre de 1985, en el que la sociedad civil, el pueblo, mostró el carácter y sus mejores virtudes para organizarse y superar una tremenda desgracia ante un gobierno pasmado e ineficiente.
- La elección de 1988 a pesar de la “caída del sistema”, se abrió la puerta y mostró que era posible derrotar al PRI en su momento de máximo poder. Se le debe reconocimiento a Cuauhtémoc Cárdenas cuya actitud responsable y serena en momentos de máxima tensión evitó una revuelta de resultados impredecibles pero seguramente trágicos.
- El triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas para gobernar el Distrito Federal, para mí, un momento de optimismo en el que por primera vez pensé que la votaciones podían ser reales.
El más reciente que por su cercanía, aún no permite dimensionar adecuadamente su impacto es, para mí, La llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador. Aunque creo que la historia lo tratará bastante mejor de lo que lo hace cierta parte de la prensa.
Los cromosomas XX al poder
En 1983 tenía yo 20 años y aún estudiante, daba mis primeros pasos en el terreno profesional. No recuerdo haber visto a ninguna mujer que estuviera en algún puesto de dirección en las empresas a las que visitaba.
Poco después, trabajé con algunas y no tuve problemas; si bien debo decir que todavía ver a una mujer impartir órdenes parecía una especie de “anomalía en la matrix”.
Esta situación se fue volviendo cada vez más común y ahora no sorprende a nadie.
Se nos olvida que si ahora se quejan de que somos un país machista, en aquellos años todavía era timbre de orgullo para muchos exhibirse como auténticos machos y debo decir que en ello participaban las propias mujeres, pues era común que educaran así a sus hijos varones; se entiende que no por su culpa, pues habían sido educadas dentro de ese modelo y muy difícilmente podían sustraerse a una cultura diseñada para forzarlas a continuar siendo dependientes y a ser eternamente sujetas de supervisión y dedicadas al servicio de los demás.
Lo que probablemente viene
Quienes esperan un cambio en la política de gobierno, es muy probable que se queden esperando que eso ocurra.
Sheinbaum ha sido clara en que continuará la labor de la 4T y en que mantendrá las políticas que los han distanciado de sus predecesores en el poder.
Así que seguramente continuarán las becas y ayudas en sus diversas modalidades; continuará el reforzamiento de la planta para la autosuficiencia energética; la disciplina fiscal seguirá; así como las medidas para hacer más austeros los gastos para mantener la burocracia.
Se espera que haya mejoría en la actitud y acciones en favor de las mujeres, un ámbito en el que se considera que no hay la cercanía y atención que se requieren. Esto a pesar de que las mujeres ocuparon como nunca puestos de primera responsabilidad en esta administración.
El tema de la seguridad seguirá siendo delicado y preponderante. Es probable que continúen las acciones en el mismo sentido, pues la violencia ha revertido su tendencia alcista. García Harfuch estará en la mira como pocos funcionarios.
La relación con los Estados Unidos, también será un asunto que requerirá una combinación de firmeza y tacto “mano de hierro en guante de seda” se decía, eso no será fácil de equilibrar. Y lo mismo será con Trump que con Harris, aunque en el caso de Harris se esperaría una actitud mucho menos provocativa.
La miscelánea
Estas son las mujeres que han competido por la presidencia de México: Rosario Ibarra de Piedra en dos ocasiones (1982 y 1988); Cecilia Soto en 1994; Marcela Lombardo, también en 1994; Patricia Mercado en 2006; luego compitió la panista Josefina Vázquez Mota en 2012; Margarita Zavala lo hizo en 2018; Xóchitl Gálvez Ruiz en 2024 y la hoy presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo. Hasta la fecha, el PRI nunca ha postulado a una mujer para llegar a la presidencia.
Ellen Johnson Sirleaf, nació el 29 de octubre de 1938. Ella es una economista y política de Liberia quien llegó a la presidencia de su país en 2006. Fue la primera mujer presidenta electa en África.
En el continente americano, la primera mujer en ser electa como presidenta fue Violeta Chamorro, en Nicaragua. Llegó al poder en 1990, al frente de una coalición opositora al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), entonces y hoy liderado por Daniel Ortega.
En 2003, la revista Rolling Stone hizo una lista de las y los mejores cantantes, en el número uno estaba Aretha Franklin. Recordemos “Respect” que se convirtió en un himno.
Caminemos pues respetuosos, pero con su dosis de buen ritmo por la semana hasta que nos saludemos en la próxima Jiribilla. Gracias por tu atención, cambio y fuera.
Paz.


