hadas

La reina de las hadas

Por Marco Antonio Guerrero Hernández

Su nombre era Tania que significa “Reina de las hadas” en idioma eslavo; se lo pusieron porque su abuelo había soñado con un hada en posición fetal con las alas extendidas.

Desde niña fue una virtuosa de la música, al lado de su abuelo Luciano aprendió a tocar la guitarra y a los diez años ya componía sus primeras canciones.

Asistió al conservatorio y se graduó en sus estudios de música, era multi instrumentista y con una voz de mezzosoprano influenciada por el jazz y el blues.

Una noche en un bar con sus amigas vieron en escena a un grupo de rock y ahí conoció a Antonio “Cachus” quien tocaba el bajo en la banda, su conexión fue instantánea, se miraban fijamente mientras él ejecutaba con precisión su instrumento. Ella decidió pedirles la oportunidad de hacer un “palomazo”  los miembros del grupo aceptaron y quedaron extasiados al escuchar sus dotes en el canto y su increíble belleza física.

Así se dio el acercamiento. Tania se incorporó de manera inmediata a la banda. Unos meses después acabarían las noches en bares pequeños y cantinas clandestinas. El éxito les abrió la puerta, mientras el amor florecía entre Antonio y ella.

La fama es un arma de doble filo, después de presentarse en los escenarios más importantes del país la comunión se rompió. Entre juergas, exceso y drogas. El grupo se separó. Tania y “Cachus” siguieron en contacto, aunque ya no era lo mismo. Ella como un animal salvaje emprendió su camino en solitario. Dejó su relación con el joven bajista.

Tania brilló con luz propia en la música pero su vida se convirtió en un caos. Vodka y pastillas para el desayuno, siestas entre los viajes en avión y una agenda muy apretada. Después de abandonar las presentaciones en vivo por dos desmayos en escena, Antonio regresó a su vida, ahora como manager y productor. Su conexión estaba intacta.

La mancuerna dio como resultado dos discos y muy buenas opiniones. Pronto la invitaron al  festival más importante de Canadá: Jazz en Montreal.

Su ejecución en solitario dejó complacidos a los asistentes y a los organizadores, pero no tanto como al ensamble de músicos neoyorquinos, hispanos y canadienses quienes la invitaron a participar con ellos al siguiente día.

Tuvo un poco de miedo pero la orquesta le haría  los arreglos necesarios para que se sintiera cómoda.

Su momento cumbre llegaría al interpretar con una soltura exquisita un tema entre jazz y rumba, Su voz estremeció a todos los presentes “Amado mío love me forever/ and let forever begin tonight/ And let forever begin tonight”.

Todos se quedaron sin aliento al final de la pieza y consiguió las mejores críticas y las portadas de periódicos y revistas. Era poco común ver a una mujer identificada con el blues cantar con ritmos “latinos” decían algunos especialistas en la materia.

Estaban presenciando la mejor versión de Tania era un hada extendiendo sus alas en medio del universo, era estética, bella e hipnótica.

Todo parecía indicar que sería una estrella duradera. Pero cuando regresó de ese show su inestabilidad volvió a hacerse presente, dolores de cabeza y desmayos constantes. Estaba más irritable que nunca. Peleó con Antonio y lo corrió otra vez.

Un colapso más la llevo al hospital. Después de un mes de estudios el diagnóstico fue demoledor: cáncer cerebral en etapa avanzada. Una vez más Antonio volvería a ella para darle los cuidados pertinentes.

El dolor de saber que alguien a quien se ama se irá para siempre es capaz de hacer olvidar cualquier cosa y así fue como Antonio dejó todo para cuidar de Tania.

Escribió una serie de poemas que ambos musicalizaron en un demo. Eso y la grabación en vivo de su actuación con el grupo de jazz serían el último y emotivo regalo para ella.

Al escucharlo mezclado y terminando ella se soltó en llanto. Y él se contuvo mirando con orgullo lo que sería la obra póstuma de ella. 

Poco a poco su cuerpo perdió forma y su mirada brillo. Su flama se extinguía.

Un día que Antonio regresaba a casa con flores para ella, escuchó el reproductor “Amado mío/love me forever/and let forever/begin tonight/and let forever begin tonight”  corrió a la recámara para encontrar a Tania tirada en el piso con un balazo en la sien y un hilo de sangre recorriéndole el rostro.

Fue el último canto para la reina de las hadas.

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