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¿Cómo es la educación Montessori?

Por Liliana Martinelli Cruz

María Montessori, fue la fundadora del método que lleva su nombre.

Tal vez por no ser la norma en las escuelas, se tiene en ocasiones una idea errónea de qué es o cómo es que se educa en ese sistema.

Por ello, es que me permito compartir muy someramente algunos puntos que considero destacados.

La doctora Montessori pensaba, que la meta de la educación infantil no debe ser llenar al niño con datos académicos previamente seleccionados sino cultivar su deseo natural de aprender.

Y a través de su método, se logra de dos maneras:

1. Permitiendo que cada niño experimente la alegría de aprender por sí mismo en lugar de ser obligado.

2. Ayudando a perfeccionar todas sus aptitudes en futuras situaciones de aprendizaje, que lo puedan aplicar en la vida cotidiana.

Hay que entender que la mente del niño literalmente absorbe la información del medio ambiente, es un proceso natural sin esfuerzo consciente y tedioso lo que lo diferencia del que implica para un adulto.

Se lleva a cabo de dos maneras:

1. La mente absorbente

Es la observación que realiza el niño de su entorno, “Esta es la capacidad única en cada niño de tomar su ambiente y de aprender cómo adaptarse a la vida, como una esponja”

Durante estos años, la sensibilidad del niño conduce a una vinculación con el ambiente se ayuda de otro proceso muy importante:

2. Periodos sensitivos

Es una fuerza e interés intenso dirigido hacia algo específico en el medio ambiente para adquirir habilidades particulares. A través de estos logra una vinculación con el ambiente

En los niños preescolares son 5:

Orden, imitación, lenguaje, movimiento, refinamiento de los sentidos.

En primaria serían:

La moral, discriminación entre lo bueno y lo malo; adquisición del mundo a través de la cultura y la relación social con su entorno.

Estos periodos sensibles varían individualmente y son aproximados, pero pasan por todos y nunca regresan.

Dentro del método que se utiliza se requieren de materiales específicos que fueron desarrollados por la propia María Montessori y que cubren cada una de las las áreas de cada etapa de desarrollo.

Todo el material es natural, atractivo, progresivo y con su propio control de error, tiene oportunidad de autocorregirse; tiene propósitos claros y definidos y aísla la dificultad a trabajar para el niño.

Otra nota distintiva de este sistema de educación es que se considera que el error es un medio para aprender.

Los niños cometen errores a medida que aprenden, María Montessori reconoció que era de vital importancia que los niños no pierdan la motivación o se desalienten ante los errores que cometen. Así con cada material se construye una manera con la cual el propio niño reconoce si su trabajo se ha realizado correctamente o no. Como resultado de esto nadie critica ni corrige su error y eso lo ayuda a repetir hasta que lo domina.

La libre elección

Otro punto de interés es que, a partir de los periodos sensitivos, se promueve la libre elección.

Los niños son sabios por naturaleza, y siguen su impulso vital. Se construyen no se destruyen; siguen su propia guía interna para elegir lo que necesitan aprender y adquirir.

Estas experiencias forjan las habilidades para ir construyendo su independencia.

El niño sólo puede lograr diferentes grados de independencia con las experiencias que tenga en el ambiente. “Ayúdame a hacerlo por mí mismo”.

Personas autónomas

La autonomía es la capacidad de juntar dos procesos importantes: la independencia y la conciencia de lo que estoy eligiendo. “Puedo hacer lo que decido”

De manera que se debe facilitar que el niño se pueda valer por sí mismo, así como adquirir seguridad, sentir que es capaz, que puede y que sabe hacerlo.

Desarrollo de la autoestima

Sabemos que la autoestima no está determinada, sino que es un proceso y es activa; que tiene que ver con la relación del niño con el entorno y con los resultados de sus experiencias en el ambiente. Esto provoca que tenga un sitio preponderante para el método Montessori.

Límites y obediencia

Lejos de lo que alguna gente piensa, en el modelo Montessori la disciplina tiene un lugar importante.

Se basa en la libertad, que debe ser necesariamente activa, si el niño es silencioso e inmóvil se le ha aniquilado la voluntad.

Llamamos a un niño disciplinado cuando es dueño de sí mismo y puede, por lo tanto, regular su propia conducta para seguir alguna norma de vida.

La disciplina no es un hecho es un camino, presupone un cierto grado de obediencia y tiene que ver con el desarrollo de la voluntad.

Los límites le dan seguridad y estructura, le pone el marco de referencia para el desarrollo de la voluntad por eso la disciplina no viene de afuera sino que es un proceso interno.

Desarrollo social

Es un hecho que somos seres sociales y que se requieren habilidades para poder convivir con nuestros semejantes.

Dentro de este sistema, se tienen agrupados a los niños de diferentes edades, pero con las mismas necesidades, lo que provoca un ambiente social por excelencia. Ellos están acostumbrados a verse como únicos y respetar las diferencias, no hay competencia ni comparación, resuelven los problemas de una forma natural.

Lo anterior, no es sino apenas una pequeñísima referencia de lo que plantea el sistema desarrollado por la Dra. María Montessori y que quienes creemos en sus bondades y beneficios procuramos llevar a la práctica en nuestras escuelas.

Durante casi 40 años he vivido y compartido esta forma de educación y en ella he encontrado algunas de las más enriquecedoras y gratificantes experiencias de mi vida.

“Si la ayuda y la salvación han llegado sólo puede ser a través de los niños. Porque los niños son los creadores de la humanidad”
María Montessori

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