Por Aline Gómez Roy
El agua es un patio de recreo natural. Donde hay agua, es probable que encuentres a alguien caminando, jugando, nadando o sumergiéndose en ella. Sumergirse en las profundidades del agua desde plataformas naturales ha sido una fuente de diversión y recreación durante incontables años.
Al sur de Nápoles existe una gran cripta funeraria en una losa del techo hay una pintura de un joven saltando desde una plataforma estrecha. El descubrimiento de la «Tumba del Tuffatore» (La Tumba del Buceador) nos muestra que la emoción y la gracia de sumergirse desde lugares elevados en el agua ha atraído a la gente desde al menos el año 480 a.C., fecha establecida para la construcción de la tumba. Como ocurre con la mayoría de los deportes que se remontan a la antigüedad, no hay suficiente información al respecto.
La historia moderna de los clavados nos remonta más de cien años atrás, cuando la gente simplemente disfrutaba saltando al agua y los atrevidos se retaban unos a otros a realizar las mejores y más profundas inmersiones posibles.
Esta actividad recreativa evolucionó y se convirtió en un deporte que combinado con un poco de arte ha sido un espectáculo en mundiales y en juegos Olímpicos con sus diversas especialidades los clavados son un deporte que trae grandes momentos sobre todo para los mexicanos así que hoy:
Hablemos de Mujeres y los clavados
Los clavados son un deporte donde se ejecutan saltos ornamentales. El origen de esta modalidad data del siglo XVII, cuando los gimnastas suecos y alemanes comenzaron a practicar acrobacias saltando sobre el agua para evitar el contacto con el pavimento al caer. Las acrobacias sobre el agua se convirtieron en una actividad popular.
Es un deporte olímpico desde los Juegos de San Luís Missouri 1904 y las pruebas femeninas comenzaron ocho años después en los Juegos de Estocolmo 1912. Se trataba de una sencilla competición de saltos desde la plataforma alta. La primera competición de trampolín femenina tuvo lugar en 1920 y fue hasta los Juegos Olímpicos de 1928 que se introdujeron los saltos simples y elegantes desde la plataforma de 10 metros.
En Estocolmo 1912 se estrenó el salto de plataforma femenino y el equipo anfitrión aprovechó lo local, ocupando los dos primeros puestos de la primera competición y siete de los ocho primeros. Greta Johanson, de 17 años, ganó el oro por elección unánime de los cinco jueces, y su compatriota Lisa Regnell obtuvo la plata. Isobel White de Gran Bretaña terminó tercera pero fue seguida por las suecas en las posiciones 4-8.
El programa de clavados se ha mantenido relativamente estable desde los Juegos de Ámsterdam de 1928: hombres y mujeres participan en las pruebas de plataforma de 10 m de altura y de trampolín de 3 m de altura, en Sidney 2000 se introdujo la modalidad de sincronizados en ambas ramas.
En la década de 1980, las chinas comenzaron a superar a las estadounidenses en la supremacía en el deporte.
Ejecución:
Los clavados deben mostrar altura durante el despegue, manteniendo una distancia que no sea ni muy grande ni muy cercana al trampolín o plataforma. La velocidad de la rotación debe mostrar control del deportista y finalizar en una entrada vertical al agua.
Durante la ejecución de un salto los jueces evalúan cuatro elementos:
- La parada inicial y la salida o carrera,
- El despegue desde el trampolín y la plataforma,
- La ejecución del clavado y
- La entrada al agua.
Estos elementos deben realizarse de forma natural en cada etapa de la inmersión.
Mexicanas en los clavados:
Los clavados se han convertido en un emblema de la delegación mexicana que nos representa en cada edición de los Juegos Olímpicos. Pero no siempre fue así.
Fue hace casi 100 años, en 1928, cuando México comenzó su participación en esta disciplina con Federico Mariscal Abascal, quien no logró avanzar a la final en Amsterdam.
En Londres 1948, Ivonne Belausteguigoitia Arocena y Rosa Gutiérrez de Pardo, fueron las primeras mujeres clavadistas mexicanas en competir.
En los siguientes juegos Olímpicos no hubo participación femenina, en realidad fue hasta Seúl 1988 en donde surge Mary José Alcalá quien inició su entrenamiento en clavados a los ocho años en las instalaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en San Juan de Aragón
A pesar de no ganar ninguna medalla en sus participaciones en Juegos Olímpicos, fue una de las primeras clavadistas mexicanas en alcanzar éxito en competencias internacionales. participo en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sídney 2000.
Para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, nace un nuevo nombre Paola Espinosa quien destacó tanto en la modalidad individual como en saltos sincronizados, aunque no se llevó ninguna medalla. Su segunda participación la tuvo 4 años después en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, Paola y su equipo se habían preparado y su esfuerzo dio resultados al obtener, junto a Tatiana Ortiz, la medalla de bronce en clavados sincronizados.
Fue en Londres 2012 que por fin se obtuvo la primera presea olímpica en clavados femenil de manera individual y fue de la mano de Laura Sánchez, medalla de plata en trampolín de 3 metros.
En esos mismos juegos Olímpicos Paola Espinosa y la jalisciense Alejandra Orozco, de apenas 15 años, lograron conquistar la presea de plata en los sincronizados plataforma 10 metros femenil. En Río de Janeiro volvieron a participar Paola Espinosa López y Alejandra Orozco Loza está vez sin tanto éxito.
En Tokio 2020 Gaby Agúndez y Alejandra Orozco obtuvieron la medalla de bronce en la plataforma 10 metros femeninos sincronizados.
Para París 2024 nuestra representación estará a cargo de Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez, en la plataforma de 10 metros (prueba individual y sincronizados) y Aranza Vázquez quien representará a México en el Trampolín de 3 metros. Así que mucho éxito para un deporte que nos tiene acostumbrados a darnos grandes satisfacciones.
La copita de la semana
Vino Cuna de Tierra Nebbiolo
- Uvas: Nebbiolo 60% de San Vicente, B.C.; Malbec 20%, Tempranillo 20%
- Región: San Vicente, B.C. y Dolores Hidalgo, Guanajuato.
- Vista: Ruby intenso con destellos violaceos
- Nariz: Aromas de te negro, pimienta negra, frutas negras, chocolate ,violeta, vainilla y final de darjeeling, nariz muy atractiva
- Boca: Ataque intenso , acidez crispante muy equilibrada con notas de taninos suaves y bien amalgamados, boca llena de grosella negra densa y fruitcake, elegante y persistente.
- Maridaje: Venado, jabalí, aves de caza, carnes condimentadas, risotto de hongos.
Hasta aquí por hoy y ya nos saludaremos la próxima semana.
Hasta entonces salud.

