Por Enrique Fortunat D.
Semana de esas en que todo pasa pero al final no pasa nada. Sigue la cruda postelectoral.
Luego de que las últimas semanas parecieran un vendaval, ahora se siente un poco como calma chicha.
Digo, la oposición continúa un día sí y otro también asegurando que perdieron por que el presidente, ese señor omnipotente que todo lo puede, se metió donde no lo llamaban y desbalanceó la balanza. Y dicen compungidos que nadie los peló, aunque le pusieran más de un tapón al presidente.
No es lo mismo, pero es igual
Puestos en modo chisme, se supo que el día de la elección, ya entrada la noche y una vez que recibieron cifras de a deveras en lugar de los inventos numéricos a modo, Xóchitl y hasta ese momento entusiasta equipo, aceptaron lo evidente. No solamente habían perdido, sino por una ventaja nivel pamba.
En actitud que debo confesar no esperaba de ella, Gálvez Ruiz pidió que la comunicaran con Claudia Sheinbaum y la felicitó. Gesto que la enaltece y dio reconocimiento a su equipo.
Pero conforme a los estándares del panista Marko Cortés, quien no hace honor a su apellido, eso no se vale matarile lirilón. De manera que montado en furia ardiente se apersonó ante la candidata y le leyó la cartilla. Cómo de que no.
Dicen quienes presenciaron el hecho que con gritos le espetó que quién se creía para andar haciendo eso, que eso de felicitar no es nada bonito y que antes de siquiera pensar en algo así, necesitaba haber acudido primera y principalmente a su panista persona para autorizar alguna acción. Pos mira qué se está pensando.
De manera que en lugar de cobijar a la alicaída y vapuleada candidata -digo parecería lo mínimo entre cuates o de perdis gente bien nacida-, no. Lo importante era mostrar quien es el mero mero, con lo que mostró claramente que para él Xóchitl es nada más que una subordinada.
Puesto a declarar al respecto, Marko Cortés dijo que lo único que hizo fue hablar con firmeza y convicción. Así dijo. Otro cualquiera hubiera sido un insensible majadero pero el panista resulta que es un demócrata firme y convencido.
Sí, pero no
Más tarde, se leyó el comunicado en ese escrito, se omitió la felicitación y se dijo que reconocían que iban a perder. Pero eso sí, que si el presidente, su tía, que el clima, que Movimiento Ciudadano, que no era penal del América, que si todos conjurados para hacerlos quedar mal. Pero ni una palabra de autocrítica.
En la semana, algunos panistas reconocieron que era momento de reflexionar, aceptar los errores, aprender de ellos y seguir adelante con la enseñanza adquirida. No, pues tampoco eso está bien, cómo se les ocurre… de manera que también desde la dirigencia los criticaron y desautorizaron.
Mientras tanto, en otros partidos jocosamente apoyan y rezan para que Marko siga al frente del PAN, aseguran que con ello casi se asegura que el partido desaparezca. ¡Ah pero qué muchachos tan vaciladores!
RIP al PRD
Caro le salió al partido del sol azteca el amasiato contra natura con el PAN y su extraña amistad con el PRI.
No consiguió ni el 3 por ciento de la votación nacional, por lo que perderá el registro como partido político en el país.
Recordemos que el PRD lo fundaron personajes como Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Ibarra y el mismo López Obrador y que dieron una dura batalla contra el régimen monolítico del PRI.
Una gran victoria para ese partido fue la obtención del gobierno del entonces Distrito Federal de la mano del ingeniero Cárdenas en 1997. Fue probablemente la primera gran fiesta de la izquierda. Desde entonces no ha soltado la dirección de la capital de la república.
Nada menos que Andrés Manuel López Obrador lo sucedió en el cargo en el año 2000.
Hoy luchas internas, guerras de egos, tribus radicales y una dirigencia que optó por ser acomodaticia y terminó en el papel de rémora sepultaron ese proyecto.
Y el PRI creo que no está lejos de ese escenario. Segunda llamada, segunda, se oye a lo lejos…
La miscelánea
Se estima, de acuerdo con la Real Academia Española (RAE) que el idioma castellano o español cuenta con más de 93 mil palabras. No es un dato desdeñable que de ellas unas 19 mil son americanismos.
Se calcula que el vocabulario promedio de una persona que habla español como su lengua materna ronda entre 10 y 15 mil palabras.
En el mismo asunto de las palabras, se estima que una persona promedio usa unas 300 palabras al día; una persona culta unas 500. Pero en el caso de periodistas y escritores, puede llegar a unas 3 mil. Y me asalta la duda, me carcome la curiosidad y me atormenta el misterio ¿cuántas se requieren para ser reguetonero?
Siendo hora de hacer algo con aroma caribe, propongo a sus señorías que tomemos decisiones:
Que el rítmico compás nos acompañe la semana y que nos reunamos llenos de buen humor la próxima Jiribilla.
Paz


