ucronia 31

No, no es un adiós, es una corta despedida o si prefieres un prolongado hasta luego

Por Juan de Lobos.

Queridas lectoras, queridos lectores. Llega el momento de reflexionar sobre el rumbo que han de seguir nuestras vidas, en un mundo tan contradictorio y repleto de inseguridades como en los últimos 20,000 años. La vida sigue y haciendo acopio de todas mis pobres enseñanzas estoicas, decido dejar que las cosas fluyan a mí alrededor, sobre todo todas aquellas que no están en mis manos y las cuales no dependen en absoluto de mi opinión, de mi acción o mi anuencia.

Decido iniciar un recorrido hacia mi infancia (nuevamente), hacia el lugar en donde todo era posible, sin mayor límite que el horario de comida y la hora de hacer la tarea; podíamos hacer y deshacer, convertirnos en un astronauta con poderes tecnológicos, a transformarme en un chamán cambia pieles de una tribu de criaturas salvajes perdidas en la selva amazónica, o transformarme en un forajido en el viejo oeste con sangre nativa o un veterano de la guerra de Vietnam decidido a trabajar como detective privado.

Un recorrido a todos esos sueños infantiles y todos aquellos por venir, porque para mí, la infancia no solamente es una edad física, sino también una actitud ante la vida. Es admirar todas aquellas maravillas que se nos esconden frente a nuestras narices, es redescubrir libros, programas y lugares. Aceptar que no todo, mejor dicho casi nada, soporta el paso del tiempo.

Han sido días de mucha reflexión para este Lobo, Una serie de sensaciones que me hacen sentir vivo y que han servido para retomar viejos proyectos y concluir finalmente con ellos. Aceptar que no podré hacer todo lo que he deseado hacer, pero disfrutar, sin dudarlo, de todo aquello que puedo concluir y ya, concluirlo y completar una pequeña meta personal.

Agradezco en verdad este espacio y a quienes participan en él con sus talentos, a ustedes queridas lectoras y queridos lectores principalmente y a nuestro consejo editorial y creativo. Gracias Enrique por tomarme en cuenta.

Las cosas ajenas, que podemos compartir o en las cuales podemos participar son eso, proyectos en común, enseñanzas, añoranzas, visiones, charlas, tertulias, aprendizaje, mucho aprendizaje. Comprendo ahora que aunque nos afecten esas cosas ajenas de las cuales no tenemos el más mínimo control, aunque nos hagan pensar que sí.

Seguiré explorando mundos paralelos, viajes en el tiempo en una góndola crononáutica, huiré a reinos inventados, soñados y deseados; seguiré recorriendo dos o tres opciones y luego otras tres o cuatro opciones y así hasta encontrar nuevamente la madriguera del Conejo Blanco y entrar o volver a salir del País de las Maravillas. Me fijaré en todos los espejos que se me crucen, para averiguar cuál de ellos será un portal a un mundo de reflejo; me arrojaré a esos toboganes que unen los mundos paralelos que nuestra imaginación infinita crea en cada suspiro. Seguramente volveremos a coincidir, aunque nunca hayan visto mi rostro ni yo el suyo, pero sabremos que nos conocimos y deseamos seguir conociéndonos, o no.

Quedo de ustedes.

“No, no es un adiós, es una corta despedida o si prefieres un prolongado hasta luego”.

Juan de Lobos.
Aprendiz de Escritor, Crononauta certificado (en uno o varios futuros), Bohemio Utópico, Distópico, Ucrónico y apasionado observador de la vida
*El contenido de este texto no contiene I.A. y fue creado de acuerdo a los antiguos cánones de la escritura, a partir de un tema, un conocimiento previo, investigación y redacción.

Mi estimado Lobo: Son múltiples los caminos y pocas veces ciertos. Por una causa u otra coincidimos en momentos especiales. El tiempo habrá de enseñar las rutas. Gracias por compartir tu talento en este espacio.

Enrique Fortunat

Deja un comentario