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Lo que un Crononauta debe saber antes de viajar en el tiempo o lo que ignoras te sorprende

Por Juan de Lobos.

Queridas lectoras, queridos lectores. Hace mucho tiempo, los cuentos de hadas comenzaban así, con tres palabras que te hacían viajar de inmediato a países lejanos, a periodos temporales más allá de nuestra imaginación. Y justo por eso decidí convertirme en un Crononauta.

Los crononautas somos personas sencillas, no existe nada especial en realidad, salvo una curiosidad enorme por saber lo que sucedió “Hace mucho tiempo”, descubrimos que ese inicio cronológico puede ser hacia el pasado o hacia el futuro, e incluso en líneas temporales paralelas en distintos puntos geográficos o universos imaginados.

La preparación básica que requiere un Crononauta, es también sencilla, muchos de nosotros solamente sabemos leer y escribir, pero es primordial reconocer y discriminar todos aquellos objetos que nos pueden servir como “Objetos cronológicos”.

Los más conocidos son sin duda alguna, los libros. No solamente los libros de Historia, también las novelas, los cuentos y los poemarios. Son portátiles, los puedes encontrar en varios idiomas y en casi todos los rincones de la tierra. Son Objetos Cronológicos invaluables, porque nos cuentan, además de su contenido, una historia secreta sobre el autor, sobre la sociedad y muchos pequeños detalles que pasan desapercibidos para los lectores comunes.

También las revistas físicas nos ayudan con el propósito de visitar, de una manera más cotidiana el día a día de una o varias generaciones pasadas, con la intención de conocer sus aspiraciones, sus entretenimientos, esperanzas  y preocupaciones sobre el porvenir.

Todo objeto utilizado nos puede ayudar a conocer la evolución de las cosas, las cosas simples. Recuerdo la primera vez que vi un molino de café manual. Había sido de mi bisabuela materna y me llamó mucho la atención, su forma, su aroma, su color y todo aquello que tuvo que ver con su uso.

También recibí de mi bisabuela materna mis primeros libros. “Calles y callejones de la Ciudad de México” el cual me permitió viajar a la época virreinal de la Nueva España un libro bellamente ilustrado con caricaturas.

De igual manera, las piedras, como primeras herramientas, nos cuentan historias de progreso, de ambición, de unidad, de guerra, de vida y muerte. En lo personal, cuento con una maravillosa colección de herramientas líticas, la cual inició por mera casualidad, y al tener ese primer objeto en la mano, descubrí su verdadero propósito, hacerme comprender que nosotros somos un breve instante, pero que nuestros actos, adecuaciones y creaciones nos trascenderán y se develarán a quien esté preparado para comprenderlo.

Por supuesto que la música, los aromas, las sensaciones en general nos pueden transportar a un sinnúmero de lugares, momentos de nuestras vidas en las que pensamos que la vida sería distinta, o al menos poco complicada. O momentos de total tristeza o increíble felicidad. Podemos viajar y asumir las consecuencias de esos viajes, hacernos responsables de aquellas personas con quienes compartimos esta travesía.

¿Y la Ciencia? ¿En verdad podemos viajar en el tiempo? No existe la Ciencia sin la imaginación y la paciencia suficiente como para plantear todas las hipótesis posibles y necesarias, aunque es necesario el encontrar pruebas suficientes para comprobarlo. Pero les dejo una pequeña reflexión: Ustedes, en su presente están leyendo por primera vez algo que escribí en un momento de su pasado.

Los invito amigas lectoras y amigos lectores a volver a imaginar, a recordar y a compartir sus descubrimientos, a maravillarse con los más sencillos juguetes de madera abandonados en algún rincón de la casa de los abuelos, hasta comenzar a legar en algo nuestras ansias, deseos, preocupaciones y esperanzas en pequeños objetos que cuenten un poquito de nuestras propias historias y de lo que nos tocó vivir.

Quedo de ustedes.

Eso es lo bueno del viaje en el tiempo. Si uno comete un error, siempre puede regresar para enmendarlo.

Orson Scott Card. Escritor estadounidense.

*El contenido de este texto no contiene I.A. y fue creado de acuerdo a los antiguos cánones de la escritura, a partir de un tema, un conocimiento previo, investigación y redacción.

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