Por Enrique Fortunat D.
Esta semana por causas fuera de lo ordinario, estuve en modo caos activo . De manera que la “Jiribilla Semanal” no tuvo el tiempo ni la atención que tú mereces.
Sin embargo, rescato esta breve historia que creo no está de más conocer y reflexionar acerca de si han o no cambiado algunas cosas en el mundo. Espero la disfrutes.
El general brigadier Smedley Butler, nació Pensilvania, en julio de 1881. Fue un héroe de la Infantería de Marina de los Estados Unidos multipremiado y recibió todo tipo de honores en su carrera militar. De hecho fue el más condecorado militar de la historia.
Por ello, en su momento fue, si no el más, sin lugar a dudas uno de los más influyentes y respetados militares estadounidenses.
Después de retirarse del Cuerpo de Marines, en 1935 escribió “La guerra es una estafa” (War is a racket) en el que denuncia el uso de las fuerzas armadas de los Estados Unidos para el beneficio de Wall Street.
En el escrito da cuenta de cómo los Estados Unidos intervinieron militarmente en Latinoamérica para beneficio no del pueblo, sino de las grandes compañías estadounidenses, pasando el costo de la guerra finalmente a los ciudadanos estadounidenses.
El claridoso Smedley Butler, le dijo al pueblo americano:
He servido durante 30 años y cuatro meses en las unidades más combativas de las Fuerzas Armadas estadounidenses en la Infantería de Marina. Tengo el sentimiento de haber actuado durante todo ese tiempo de bandido altamente calificado al servicio de las grandes empresas de Wall Street y sus banqueros.
Lapidario afirmó: «En una palabra: he sido un pandillero a servicio del capitalismo«.
En 1914 afirmé la seguridad de los intereses petroleros en México, particularmente en Tampico (de hecho participó en la toma de Veracruz y fue condecorado por ello).
Contribuí a transformar a Cuba en un país donde la gente del National City Bank podía obtener y disfrutar tranquilamente los beneficios.
Participé en la «limpieza» de Nicaragua, de 1902 a 1912, por cuenta de la firma bancaria internacional Brown Brothers Harriman.
En 1916, por cuenta de los grandes azucareros norteamericanos, aporté a la República Dominicana la «civilización».
En 1923 «enderecé» los asuntos en Honduras en interés de las compañías fruteras norteamericanas.
En China, en 1927, ayudé a ver que la Standard Oil hiciera lo que le diera la gana sin ser molestada.
Fui premiado con honores, medallas y ascensos. Pero cuando miro hacia atrás considero que podría haber dado algunas sugerencias a Al Capone. Él, como gánster, operó en tres distritos de una ciudad. Yo, como Marine, operé en tres continentes.
El problema es que cuando el dólar estadounidense gana apenas el seis por ciento, aquí se ponen impacientes y van al extranjero para ganarse el ciento por ciento.
La bandera sigue al dólar y los soldados siguen a la bandera.
Smedley Butler seguramente no cuenta con muchos simpatizantes en su propio país, ni su figura es publicitada.
En 1940, falleció cuando contaba 58 años de edad.
No es ocioso considerar si hoy día lo que denunció continúa ocurriendo.
Para el resto del mundo, no está de más recordar que existen también este tipo de opiniones de quienes fueron los encargados de llevar a cabo acciones bélicas por diversos países y regiones del globo terráqueo.
Para algunos tal vez Butler sea un traidor que no mantuvo su fidelidad y lealtad a la patria, sin embargo, para otros tal vez representa la victoria de la sensatez y de la decencia en un mundo en el que el dinero es dios.
Por supuesto, la mejor opinión será la tuya.
Paz
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