ibarguengoitia

Miércoles de: Estas ruinas de López o estos pasos que ves. Recordando a Don Jorge Ibargüengoitia en su natalicio.

Por Juan de Lobos.

Apreciadas lectoras, estimados lectores. El pasado lunes 22 de enero celebro junto con todos sus lectores, el natalicio de Jorge Ibargüengoitia, quien este año cumpliría 96 años.

Está por demás hacer una reseña de su vida y obra, la cual la refiere mucho mejor y con más detalle el escritor y Periodista Vicente Leñero en su biografía/ensayo “Los pasos de Jorge Ibargüengoitia” (Ed. Joaquin Mortiz 1989/Seix Barral 2015). Una obra imperdible para conocer un poco más del irónico, malencarado y talentosísimo Escritor.

Pero lo que sí puedo compartirles, con mucho gusto, es la manera en que conocí su obra hace algunos años en la Casa de Doña Leona Vicario, la cual albergaba la Coordinación Nacional de Literatura perteneciente al entonces INBA y actual INBAL (Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura).

Al ingresar en búsqueda de algún taller de creación literaria me encontré una pequeña exposición dedicada a Don Jorge (también para celebrar su natalicio), en la cual habían fotografías, las clásicas portadas de sus novelas, ensayos y obras de teatro ilustrados amorosamente por su eterna compañera Joy Laville.

Quedé sorprendido con su mirada, esa mirada de alguien quien guarda muchos secretos y sabe que sabe. Me impactó. Escuché algunos audios con su voz, alguna entrevista y me obsequiaron un pequeño librito que aún conservo con dos de sus cuentos “Mis embargos” y “La ley de Herodes”.

De inmediato hice lo que cualquier entusiasta por su obra haría, comencé a buscar sus novelas y libros de ensayo, me tropecé con sus obras teatrales en una librería de viejo en la calle de Donceles y conseguí la mayoría de sus obras todavía con el sello de Joaquín Mortiz e ilustraciones de Laville.

Mientras leía, me perdía en las calles de Cuévano o en los paisajes de paso de cabras, leía y leía, volé a la isla de Arepa y me sorprendió una y mil veces su capacidad de análisis, sus descripciones, el carácter de sus personajes y el mundo que nos compartió en sus magníficas páginas.

Busqué también la adaptación de sus obras a cine, las cuales no están nada mal “Maten al León” (1977) protagonizada por David Reynoso y Jorge Rivero, dirigidos por José Estrada; “Estas ruinas que ves” (1979) protagonizada por Fernando Luján y Blanca Guerra bajo la dirección de Julián Pastor y más recientemente “Dos crímenes” (1994) dirigida por Roberto Sneider y actuada por Leticia Huijara y Damián Alcázar

Cabe resaltar que su obra amena, sencilla, coloquial y muy personal logra despertar en sus lectores la mayor de las curiosidades, despierta el sentido del humor y te hace reflexionar sobre todo aquello que parece cotidiano, pero tiene un impacto mayúsculo con la Historia.

La primera novela que leí de Don Jorge fue “Los relámpagos de Agosto”, la cual no solamente nos deja ver un periodo histórico en la vida de México, también nos muestra de cara lavada a sus protagonistas, muy alejados de los próceres de bronce y latón que afean los parques y siguen sirviendo de letrinas a las palomas.

Las obras de teatro no son de mis favoritas, pero sin ellas jamás habríamos obtenido el resto de su producción literaria.

Cuando me adentré en sus ensayos, los cuales fueron recopilados de sus columnas en el diario Excélsior y sus artículos en otras revistas y sus diarios de viaje, me convirtió en un viajero en el tiempo, mostrándome la Ciudad de México, Sudamérica y Cuba en una época llena de esperanzas y un futuro alentador, a pesar del consabido pesimismo de su autor.

Es imposible no invitarlos a que se den la oportunidad de leer la obra de Jorge Ibargüengoitia, conocer a la persona detrás de la máquina de escribir, un hombre decente y de humor inteligente. Todos tenemos un poco de Cuevanenses, sin lugar a dudas.

A propósito omití los detalles de su desafortunado deceso, tal vez en noviembre se los comparta para platicarles otro poco más de tan interesante y, para mí, entrañable personaje.

Quedo de ustedes.

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*El contenido de este texto no contiene I.A. y fue creado de acuerdo a los antiguos cánones de la escritura, a partir de un tema, un conocimiento previo, investigación y redacción.

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