Por Aline Gómez Roy
Esta semana volveremos al deporte femenino en nuestro país y cuesta pensar que hemos dado toda nuestra atención sólo al futbol, cuando en realidad hay muchos más deportes que nos han dado más satisfacciones a nivel internacional.
Necesitamos impulsarlos y no solamente por aumentar el número de deportistas de nivel profesional, sino lo más importante, que en muchos lugares estas actividades deportivas beneficiarían a las niñas y niños de nuestro país, brindándoles oportunidades de una convivencia sana y pacífica.
Hablemos de Mujeres y el básquetbol mexicano
En México, el básquetbol es uno de los deportes más practicados. Más de 15 millones de personas lo juegan, prácticamente en cualquier sitio del país hay una cancha de básquetbol.
En las escuelas desde primero de primaria hasta bachillerato se lleva la materia de educación física y uno de los temas más recurrentes es el basquetbol. Esto nos llevaría a pensar que a nivel mundial tendríamos que estar dentro de la elite pero no es así.
Lo anterior nos lleva a preguntarnos una vez más qué es lo que no se ha hecho o se ha hecho mal, una primera conclusión sería la falta de apoyos para todos.
En este tema tuve la oportunidad de jugar a lo largo de 6 años de manera organizada en un equipo de la Universidad Nacional Autónoma de México en las categorías de infantil y juvenil. Puedo decir que fue una gran enseñanza de disciplina y constancia, y que sin duda los objetivos se cumplieron gracias a los apoyos de los padres de familia y los entrenadores cosa que no se veía en todos los equipos y eso se traduce en que exista mucho talento poco apreciado.
Un poco de historia:
Los primeros encuentros de básquetbol femenil en México fueron introducidos por la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) en 1904.
En 1916, se formaron los primeros equipos femeniles que fueron el del “Conservatorio” y el de la Escuela Normal, el primer campeonato femenil de Básquetbol en el Distrito Federal, se realizó en los años de 1922 y 1923, torneo que fue patrocinado por la Dirección General de Educación Física, perteneciente a la Secretaria de Educación Pública. Fue el equipo Ciclón, quien resultó triunfador, mismo que logró retenerlo durante 3 años.
Inicialmente, las mujeres jugaban con las reglas del basquetbol masculino y fue hasta 1930 que se instituyeron reglas específicas para mujeres. Posteriormente, el reglamento de baloncesto femenino fue puesto en práctica en un torneo escolar organizado por la Dirección General de Educación Física.
Sin embargo, fue hasta 1933 que el reglamento del basquetbol femenino se oficializó gracias al impulso de las profesoras María Uribe Jasso y Fanny Ruíz.
En 1934 se realizaron el primer Campeonato de basquetbol femenino de la capital del país y el primer Campeonato Nacional de Basquetbol. En ese mismo año, también se creó la Federación Nacional de Basquetbol.
El baloncesto universitario femenino nació el 20 de junio de 1950, en la segunda cancha de la Escuela Nacional Preparatoria 1
En 2014 se fundó la primera liga profesional, la Liga Mexicana de Baloncesto Profesional Femenil (LMBPF). En 2022 fue estrenada la Liga Nacional de Baloncesto Profesional Femenil, y en 2023 la Liga ABC MEX.
Entre la lista de mexicanas, que han sobresalido en el deporte ráfaga tenemos nombres como: Soledad Lozano, Dolores Días, Esther “Tuza” Reyes Liñán, Araceli Gamborino, Teresa Cedillo.
Pero hoy hablaremos de una mujer en específico la primera mujer mexicana en el baloncesto profesional en Europa: Erika Gómez Landa.
Originaria de Pachuca, Hidalgo, forma parte de una familia humilde, trabajadora y grande conformada por cuatro hijos.
Desde que era muy pequeña, el basquetbol siempre formó una parte importante de su vida. Su hermana Margarita fue la primera de su familia que comenzó a practicarlo en un equipo de su colonia, lo que la llevó a crecer en las canchas.
Erika y sus hermanos comenzaron a vender tortas en la unidad deportiva cada vez que iban a jugar para así continuar practicando el deporte que tanto amaban.
Cuando tenía 15 años consiguió entrar en el equipo nacional, por lo que tuvo que mudarse a la Ciudad de México (CDMX) para vivir cuatro años en el Comité Olímpico Mexicano (COM).
Durante el tiempo que fue seleccionada nacional, la basquetbolista participó en cuatro Centrobasket, dos Juegos Centroamericanos y del Caribe, tres Universiadas Mundiales, dos Torneos de las Américas, unos Juegos Panamericanos y un Torneo Preolímpico.
A los 19 años, la hidalguense tuvo su primera oportunidad para salir de México y jugar basquetbol de manera profesional. Recibió invitaciones de Brasil y España, pero no pudo aprovecharlas porque no contaba con el apoyo de un mentor o un guía en su carrera. En 2001, volvió a participar en otra Universiada Mundial que la catapultó a recibir otra invitación para jugar en la Liga Femenina de España.
La mexicana jugó en la Liga Femenina de España durante 10 temporadas y fue galardonada en cuatro ocasiones con el premio a la Mejor Jugadora de la Liga.
Su incursión en esta liga permitió abrir un escaparate para que más mexicanas siguieran sus pasos, como Jaqueline Luna-Castro, quien juega en Lituania, y Myriam Lara, quien juega en Portugal.
Erika se retiró del basquetbol participando en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, en donde consiguió una medalla de plata junto a la Selección Mexicana, un hito que no se había conseguido en 40 años.
Tras dejar el basquetbol español, Erika decidió regresar a México he iniciar una carrera de entrenadora en el Tecnológico de Monterrey campus Hidalgo.
La hidalguense comenzó como entrenadora del equipo de basquetbol femenil del Tec de Monterrey, más adelante se convirtió en su asistente del equipo varonil, logrando un hito para las mujeres en el basquetbol.
Por si esto fuera poco, ella también fue asistente de la Selección Nacional de México, lo que la convirtió en la primera mexicana en formar parte del staff técnico varonil.
Desde aquí este pequeño homenaje.
La copita de la semana
Vino Rosado Uriel Adonbe Guadalupe
Uvas: mezcla de 7 tipos de uvas: tempranillo, syrah, mourvedre, cinsault, barbera, sauvignon blanc y grenache.
Región: Valle de Guadalupe, México
A la vista, es rosa salmón brillante y en nariz se presenta frutal, floral y refrescante, con notas en el paladar de fresas, sandías y cerezas.
Excelente con paellas, mariscos y quesos frescos o jóvenes
Hasta aquí por hoy y ya nos saludaremos la próxima semana. Hasta entonces, salud.


