Miércoles de: Entre Deseos, Propósitos y Despropósitos del 2024.

Miércoles de: Entre Deseos, Propósitos y Despropósitos del 2024.

Photo by Nataliya Vaitkevich on Pexels.com
Por Luis Alfredo Andrade

Cada fin de año pareciera que rebobino mi video y vuelvo al principio. Desde hace años mis deseos y propósitos de año nuevo se me quedan en las uvas que se devoran -literalemente- con las primeras campanadas del año. Y de pronto, me acuerdo de que esos propósitos nomás duran unas horas, si bien nos va, en el inicio del año. Al día 7 u 8 del primer mes, de los propósitos de año nuevo ya ni quien se acuerde. Y en la mayor parte de las vece suelen ser los mismos propósitos y deseos del año anterior.

¿Qué propósitos de año nuevo han cumplido? ¿Necesitamos un inicio de año para agregar un propósito a nuestras vidas? ¿Qué hacemos para alcanzar nuestros deseos?

Sin duda habrá quien si haya cumplido sus 12 propósitos del fin de año, no lo dudo. Pero también estoy seguro de que la inmensa mayoría de quienes celebramos la noche de año viejo con esa tradición olvidamos rápidamente qué queríamos hacer.

Como en concurso de Miss Universo, lo único que podríamos pedir para 2024 sería sin duda la Paz Mundial, aunque dudo mucho que por más esfuerzos que hagamos de manera colectiva, obtengamos resultados. Por muy buen deseo de fin de año, eso dista mucho de nuestra capacidad organizativa.

O tal vez lo que podríamos pedir colectivamente es la paz y la serenidad para nuestro hermoso país. Que acaben las matanzas y que las bandas de criminales se dediquen a producir de manera legal en beneficio del país. Podríamos desear un YA BASTA de matanzas, secuestros, cobros de piso, bloqueos, extorsiones, asaltos, consumo y venta de drogas y la lista podría ser interminable, pero lo cierto es que un YA BASTA no sería suficiente ni con millones de deseos.

Entre lo que deseamos y lo que nos proponemos hay una diferencia enorme. Cada uva de los deseos, con las cuales tradicionalmente celebramos el cierre del año, representan lo más importante para nuestro entorno, principalmente en lo familiar y en lo económico. Sin embargo, lo que bien vale la pena reflexionar es qué hacemos para alcanzar esos deseos. No es solamente agradecer por el don de vivir, de amar y ser amado, de tener bienestar y salud. No. No es solamente eso.

Para alcanzar nuestros deseos, hay que trabajar en nuestros propósitos inmediatos como miembros de una estructura familiar y, obligatoriamente, aportar para nuestro entorno, que sociológicamente, es lo que le da fuerza a la sociedad y fortalece el tejido social. Esto es hacer patria en realidad.

Podemos comenzar desde lo más básico dentro del hogar, colaborando para vivir en una mejor armonía. Educando con amor a los hijos, no se trata sólo de comprar y comprar, sino de educar con el ejemplo. Respetar nuestro circulo principal, el de nuestro hogar, dirigirnos a los mayores con el respeto que merecen y enseñar ese respeto a los menores, utilizando un lenguaje acorde, que enriquezca nuestra cultura, no que la degrade ni menoscabe con modismos y clichés de redes sociales.

Nuestro entorno inmediato es parte fundamental de la estructura social. Fuera de nuestro entorno inmediato podemos empezar por fuera de nuestra vivienda. Si cada uno de nosotros cumpliéramos con nuestra obligación de mantener limpio el frente de nuestras viviendas, sería un excelente inicio. Tratar a los demás como nos gustaría ser tratados. Apoyar a nuestros vecinos en la medida de nuestras posibilidades y no hablo de cuestiones económicas sino de ayudarse mutuamente.

Las pequeñas acciones forman grandes cambios, y aunque suene a comercial de televisión, es muy real para alcanza los deseos y propósitos que nos ponemos cada inicio de año. Nuestra sociedad cambiará en la medida que los individuos logren cambiar. No es responsabilidad de los medios de comunicación y mucho menos del gobierno, aunque su titular se empeño en enseñarnos que todo es culpa del pasado y de los anteriores que estuvieron, sin asumir su propia responsabilidad.

Para que los deseos y propósitos no se conviertan en despropósitos a los pocos días de iniciado el año, se necesita primero hacer una reflexión seria de lo que se deseó en esas uvas mágicas -carísimas, por cierto- que nos permitan alcanzar un propósito en nuestra vida, en beneficio de lo demás.

El año que inicia sin duda será de mejor beneficio para todos si en nuestras uvas mágicas pensáramos en los demás. Finalmente, para mejorar y alcanzar los propósitos de una mejor sociedad, basta con iniciar, no necesitamos un pretexto como el año nuevo. Trabajar en el cambio social que requerimos, es solamente cuestión de querer e iniciar. Aun así, con el mejor de los deseos para todos, seamos parte de la alegría de los demás en este inicio de año.

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