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Desde el potrero

Por Roberto G. Amezcua

La final de liga de expansión.

Cancún Campeón. Atlante perdió la final. O lo que es lo mismo “TAMBIÉN DE DOLOR SE CANTA CUANDO LLORAR NO SE PUEDE”

Antes que nada.

Gracias por estar nuevamente en esta tu columna “desde el potrero”, ya son cinco semanas y yo feliz de poder expresarte mi opinión, y más contento de que me regales estos minutos de tu día.

Bien, antes que nada es menester mío el felicitar al equipo de Cancún por el campeonato obtenido. Se estrecha la mano del campeón y de manera lisa y llana se le reconoce el triunfo.

Los partidos de ida y vuelta

Es que lamentablemente (para los atlantistas) no hay mucho que agregar, tanto en la ida como en la vuelta se vio a un Atlante desdibujado, perdido en la cancha y sin mucho deseo por coronarse.

Por el contrario, al equipo de Cancún se le vio en todo momento ordenado, visionario y muy bien plantado en la cancha. El marcador incluso es engañoso, terminó con un global de 3-0; pero pudieron ser más. Esto debe servirnos de enseñanza, pero también de esperanza; pues un Atlante en renovación llegó a la final.

Hace una semana te hablaba de los programas deportivos y Atlante sin duda lo tiene.

Esta temporada nos tocó llegar a la final y perderla, pero vendrán las buenas. Por lo pronto yo te diré lo que siempre he dicho… “soy más atlantista de lo que era ayer y menos de lo que seré mañana”. Por el momento toca dejar descansar un rato a la liga de expansión (de aquí a que empiece nuevamente).

¿Te gustaría que hablemos de algún deporte o deportista en particular? Se aceptan comentarios y sugerencias en los comentarios.

Mi breve encuentro con una leyenda.

Les cuento que el jueves pasado fui al estadio a ver la final del Atlante (juego de ida).

Iba yo por el pasillo del estadio y me dio gusto ver que mucha gente circulaba por el pasillo (ojalá tengamos esas entradas más seguido). En fin, de frente a mi venía ni más ni menos que una leyenda del Atlante (y del futbol mexicano) y me refiero a Don Bernardo Hernández Villaseñor (jugador como pocos en el Atlante), mejor conocido como “el Manolete Hernández”. El encuentro fue muy breve.

Por el gentío en el pasillo del estadio quedamos de frente (él no sabe quién soy yo), así que sólo incliné mi cabeza a modo de saludo respetuoso y le sonreí al tiempo que le dije – Don Bernardo. Él me correspondió la sonrisa, me tomó el brazo con su mano y siguió su camino.

A pesar de mi medio siglo de vida yo no lo vi jugar, pero crecí con su leyenda, crecí en medio de su amor por el Atlante, mismo que de manera obvia y perceptible sigue profesándole.

Sin duda alguna Don Bernardo “Manolete» Hernández es un ejemplo para los jugadores actuales y, desde luego, para los aficionados al Atlante, pues a sus 81 años de edad va al estadio con esa sonrisa tan franca que tiene a ver a sus Potros. Reitero, yo no lo vi jugar… pero me hubiera encantado.

Un poco de NFL

En medio de una temporada incierta y sorpresiva donde cualquiera le gana a cualquiera, o los favoritos van y pierden con el que sea, se ha dado una nota, que el lunes pasado se confirmó de manera lamentable.

Me refiero a todas las lesiones de mariscales de campo que ha habido esta temporada. Como decía, el lunes se lesionó Trevor Lawrence de Jacksonville Jaguars que a mí en lo personal se me hace un estupendo jugador. Pero la lista es larga (para ser solo una temporada):

  • Aaron Rodgers de New York Jets;
  • Kirk Cousins de Minnesota Vikings;
  • Joe Burrow de Cincinnati Bengals;
  • Deshaun Watson de Cleveland Browns;
  • Daniel Jones de New York Giants;
  • Kenny Pickett de Pittsburgh Steelers (este último por mi afición es el que me duele y me puede).

Esperemos que esta mala racha termine y no siga.

Agradezco, nuevamente, en todo lo que vale tu tiempo y atención con esta columna que está en total modo navideño… “Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén. Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén. Si me ven, si me ven, Voy camino de Belén…”  

Nos vemos el próximo jueves desde el potrero.

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