efecto mandela

El “Efecto Mandela” o de cómo podemos recordar sucesos que nunca sucedieron y dudar completamente de nuestro paso por la realidad.


Por Juan de Lobos

Amables lectoras, estimados lectores, agradezco nuevamente su presencia en esta columna, la cual iniciamos juntos hace un mes, gracias por su apoyo, comentarios y curiosidad para con estas letras, en verdad lo aprecio mucho. Y por lo tanto, qué mejor que abordar nuestro tema.
¿Alguno de ustedes sabe, ha escuchado o conoce algo sobre el “Efecto Mandela”? Si es así, será más fácil la lectura de esta semana, pero para quienes aún no lo conocen, se los explico brevemente.

El “Efecto Mandela” es una confusión general (falso recuerdo colectivo), sobre un acontecimiento o personaje en particular, y toma su nombre justamente por el activista y presidente Sudáfrica Nelson Mandela, de quien muchas personas “recuerdan” (esta semana no escatimaré en el uso de las comillas N.A.) su fallecimiento durante su encarcelamiento (acusado por conspiración para derrocar al gobierno de Sudáfrica fue sentenciado a cadena perpetua en 1962, pero liberado en 1990), sin embargo de haber muerto en prisión no habría podido ser electo presidente de su dividida nación.

A través de esa mortuoria confusión, se le comenzó a nombrar “Efecto Mandela” a éste fenómeno, el de “recordar” un suceso o un característica trascendental a un personaje u objeto, que en la realidad no sucedió o no tuvo de esa manera o simplemente no sucedió o no lo tuvo en lo absoluto.

Para muestra hay un sinnúmero de botones, los cuales podemos desarrollar en un tratado sobre acontecimientos y personajes que no existieron o que sucedieron pero no de la manera que recordamos, en varios artículos, documentales, investigaciones, videos y lecturas que he revisado para compartirles estos párrafos las señalan y enumeran, al final les dejaré una breve lista que me gustaría incrementar con algo que ustedes crean recordar.

Sin embargo, y a pesar de que la explicación de los universos paralelos (ya los abordaremos en una futura columna) me parece muy interesante y convincente, me gustaría brindar una pequeña y muy personal explicación sobre este fenómeno:

Todo aquello que observamos, leímos, aprendimos y conocimos; cambia con el tiempo, con mayores, más enriquecedoras y más profundas experiencias; cambia además a través de nuestra propia percepción sobre la realidad y la madurez o inmadurez con la que contamos al momento de recordar un evento, a un personaje o alguna experiencia personal compartida con nuestra generación.

En otras palabras, cuando recordamos algo en particular, en realidad no solamente recordamos el objeto, a la persona o al suceso, también recordamos cómo nos hizo sentir y la emoción que nos dejó ese aprendizaje, o cuando algo o alguien nos causa una emoción demasiado fuerte (positiva o negativa), la recordamos o bloqueamos de nuestra mente y cuando algo o alguien nos hace recordar nuevamente aquello que nos impactó, lo hacemos desde una perspectiva actual y tratamos de darle un mejor, un menor o un mayor significado o justificamos, o negamos ese recuerdo.

Recordemos que “Percepción es realidad” aunque esa percepción se encuentre alterada por alguna situación personal o ajena en esos momentos, nos invita siempre a una emoción.

Sé que puede parecer un poco confuso, amables lectoras y estimados lectores, pero les invito a manera de recomendación, a realizar cualquiera de estos experimentos y descubrir nuestros propios “Efectos Mandela”:
Vean, de manera objetiva, alguna película que los haya impresionado de niños.
Reúnanse con viejas amistades o con algunos familiares que hace tiempo no ven y platiquen sobre algun evento familiar o la opinión sobre un miembro de la familia en particular.
Lean nuevamente alguno de los primeros libros que leyeron (de preferencia por gusto) o alguna revista vieja abandonada en una caja y compartan sus comentarios con nosotros.

Les puedo apostar a que se sorprenderán por todo aquello diferente que encontrarán en esas obras, en esas opiniones y en ese viaje a un pasado que no será el mismo después de esta experiencia.

Casi para concluir esta columna semanal, les comparto una breve lista de tres “Efectos Mandela” famosos y que muchos tienen su explicación en los caprichos de la memoria y en la confusión de dos o más sucesos o personajes similares en un determinado momento.

El Tío Rich Pennybags (Mr. Monopoly) no usa monóculo (tal vez nos confundimos con Mr. Peanut de cacahuates Planters).

Existió una devaluación en México (no la recordamos como tal) disfrazada de cambio de moneda a “Nuevos Pesos”.

La guerra de las Malvinas duró solamente 74 días, aunque la sensación fue que duró mucho más tiempo.

Para finalizar les dejo una pequeña reflexión del increíble Escritor y premio Nobel (¿Ya se acordaron?) colombiano Gabriel García Márquez.

«La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla.»

Quedo de ustedes.

*El contenido de este texto no contiene I.A. y fue creado de acuerdo a los antiguos cánones de la escritura, a partir de un tema, un conocimiento previo, investigación y redacción.



2 comentarios en “El “Efecto Mandela” o de cómo podemos recordar sucesos que nunca sucedieron y dudar completamente de nuestro paso por la realidad.

Deja un comentario