Por Juan de Lobos.

Bienvenidos a esta columna elaborada con no poca buena intención, pero sobre todo con la inquietud de compartir y aprender junto con ustedes, amables lectores, sobre temas que a veces me quitan el sueño y otras veces de manera inmediata me lo provocan.

Entremos al tema.

Como tal vez su curiosidad los ha dirigido a estas letras, espero no decepcionarlos, ni a ustedes ni a su curiosidad y explicarme de manera sencilla sobre éstos tres conceptos: La ucronía, la utopía y la distopía.

Ucronía

La ucronía, en pocas palabras, es la narración del desarrollo de un hecho a partir de un punto de inflexión determinado, que sucedió de manera distinta a la que conocemos. Imaginen, amables lectores, ¿Qué hubiera pasado si..? Y a partir de esa premisa podemos hacer un increíble ejercicio de imaginación. ¿Qué hubiera pasado si los mexicas hubieran llegado a Europa antes que los españoles a México? ¿Qué hubiera pasado si no se hubiera inventado el internet? ¿Qué hubiera pasado si Maximiliano de Habsburgo no hubiera sido capturado en Querétaro? Cada momento histórico pudo tener otro desenlace, uno muy distinto al que conocemos.

Distopía

La distopía nos plantea un presente/futuro en el cual poderosas fuerzas de control (político, económico, religioso, moral o científico), limitan e impiden el desarrollo humano, vulnerando los derechos humanos o necesidades primordiales de un grupo social (a veces no tan lejano a la realidad), como ejemplo se me ocurre un mundo controlado por un aparato burocrático militarizado que prohíbe la posesión de libros (como sucede en «Fahrenheit 451» de Ray Bradbury).

Utopía

La utopía, por otro lado, nos permite imaginar un mundo ideal, en el cual el ser humano alcanza su máximo potencial en conocimiento, salud, tecnología, libertades y derechos sociales, muchas veces enmarcado en un entorno armonioso con la naturaleza. Aunque definitivamente la utopía puede ser tan diversa como la aspiración de cualquier hombre hacia un ideal (Para Tomás Moro, en su obra «Utopía», misma que da origen al concepto, ese ideal era una comunidad basada en ideales políticos y filosóficos en un contexto religioso).

En columnas posteriores, me daré a la tarea de ejemplificar cada uno de estos conceptos, a través de relatos breves, crónicas periodísticas, ensayos, cuentos cortos de mi autoría o sugerencias sobre autores y obras que nos comparten estos maravillosos ejercicios de imaginación. 

Los invito a acompañarme en un viaje semanal a través de la imaginación, la Historia, el futuro y a un pasado que muchas veces no fue mejor.

Concluyo con unas palabras que hace algunos años escuché por ahí:

«Nuestro futuro ya no es lo que era».

*El contenido de este texto no contiene I.A. y fue creado de acuerdo a los antiguos cánones de la escritura, a partir de un tema, un conocimiento previo, investigación y redacción.